El ex Terminator Edward Furlong comanda a un grupo de simpáticos descerebrados cuya única meta en la vida es asistir al concierto que el grupo de rock Kiss va a dar en Detroit. Un destino marcado por infinidad de contratiempos en busca de las entradas, cuyo culmen empieza en el momento en que deciden dividirse y probar mejor suerte por separado. Así, les dará tiempo en una carrera contrarreloj a enamorarse, convertirse en héroes inesperados y strippers seducidos por mujeres maduras. Toda una serie de logros a cual más forzado. Y a cual más simpático.
Divertidos momentos dedicados a la travesura juvenil en torno a un concierto de Kiss para que inocencia y picardía se repartan a partes iguales. Curiosamente, el arraigo original de todas esas comedias estudiantiles adolescentes brilla aquí por su ausencia la mayor parte del tiempo, y el meollo lo centra a muchos kilómetros del ambiente escolar. Lo más sesudo que sus integrantes se pueden permitir de esta comedieta es el brevísimo 'debate' alrededor de la música disco y el rock. En condiciones normales, esto bastaría para dar un no por respuesta. Ok, pero me permitiré un pequeño alto en el camino. Por eso, mientras que ellos, inconscientes de casi todo, persiguen lo que persiguen por cualquier modo hasta conseguirlo, yo, consciente de dónde me he metido, persigo lo que persigo y doy fe, de que de alguna forma y sin grandes ostentaciones, lo obtengo. Si a ellos no les importa, a mi, mientras la risa sin compromiso me sea concedida, tampoco.