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España España · Barcelona
Voto de Farero:
7
Comedia Un periodista y un misterioso abogado que viajan en un descapotable rojo se dirigen, a través del desierto, a Las Vegas. El maletero del coche es una auténtica farmacia: dos bolsas de marihuana, 75 pastillas de mescalina, 5 hojas de ácidos y muchas otras drogas. (FILMAFFINITY)
13 de julio de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Resacón en Las Vegas' tenía un punto de partida muy simple: un grupo de amigos acude a una despedida de soltero, a la mañana siguiente despiertan tras un colocón impresionante y no recuerdan nada de lo que les ha pasado, así que intentan reconstruir los hechos y arreglar el desaguisado. 'Miedo y asco en Las Vegas' es todo lo contrario: dos personajes que no sabemos quienes son ni porqué están allí se colocan y alucinan durante casi dos horas ante nuestros ojos, sin aparentes consecuencias para unas vidas posteriores que también desconocemos.

'Resacón' quiso ser una comedia desmadrada y escatológica. 'Miedo y asco' quiso ser una reflexión sobre la generación hippie y su cultura toxicológica. Pero resulta que la primera hora de 'Miedo y asco' es puro oro como comedia desmadrada y escatológica. Lagrimones me resbalaban por las mejillas de tanto reír con las peripecias de Johnny Depp y Benicio Del Toro en el desierto, los hoteles y los bares de Las Vegas. En cambio 'Resacón' me entretuvo y poco más.

En 'Resacón' se hace referencia constante al arrepentimiento y a las catastróficas consecuencias de volver a la realidad tras haber tomado psicotrópicos. En 'Miedo y asco' se consumen todo tipo de drogas (incluidos los psicotrópicos) mañana, tarde y noche, a propósito, sin ningún atisbo de remordimiento y se hace referencia constante a la realidad como aquello verdaderamente aterrador. Y hasta aquí los paralelismos.

La película de Terry Gilliam propone algo tan arriesgado como tomar el punto de vista del drogado y no abandonarlo de principio a fin. Algo así como cuando David Lynch adopta el lenguaje del subconsciente y los sueños y nos narra una historia. El resultado es divertido, inquietante, difícil de comprender y a veces aterrador. Pero Gilliam sale airoso. Aunque mentiría si no reconociera que la película se me hizo larga, solo por las impresionantes interpretaciones de Depp y Del Toro ya vale la pena el viaje. Y nunca mejor dicho, porque el que nunca se haya drogado puede vivir en primera persona experiencias equivalentes a toda una vida de viajes alucinógenos ahorrando dinero y salud a espuertas.

Como curiosidades, los cameos de un 'irreconocible' Tobey Maguire y unas jovencísimas Cameron Díaz y Cristina Ricci.
Farero
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