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Voto de Lafuente Estefanía:
6
Western Narra las hazañas de este aventurero, cuyo nombre real era William F. Cody. Se centra tanto en la relación amorosa con su esposa Louisa Frederici como en sus expediciones como explorador. (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal como promete el título de la cinta, en la misma se narra con las licencias pertinentes la vida de William Frederic Cody, mucho más conocido como Buffalo Bill (McCrea).
Primero el papel que juega como explorador en el Oeste en medio de las tensiones entre los cheyennes y el Ejército. En este sentido destaca la comprensión y defensa que hace de los indígenas ante una sociedad que los desprecia abiertamente y que, en gran medida, es responsable de sus levantamientos guerreros, "El piel roja y el whisky no se combinan". Sobre todo por la locura que se extiende por la caza de los búfalos, principal fuente de carne para los indios. Hasta 5.000 cabezas se llegaban a abatir en un solo mes, en "cacerías deportivas" programadas desde los vagones del ferrocarril. La guerra con los indios es inevitable.
Casado con la bella Louise Frederici (O'Hara), cuando busca refugio en el fuerte se encuentran con una anciana mujer india abandonada a su suerte. Ella ayudará a Louise a dar a luz a su hijo y, en cierto modo, el encuentro es premonitorio de la soledad que aguarda al cazador, "Cuando alguien es demasiado viejo para hacer algo, se le empuja a un lado".
El encuentro con los cheyennes y su jefe Mano Amarilla (Quinn), pésimamente caracterizado con un taparrabos bastante ridículo, se salda con la derrota de los pieles rojas que dejan cientos de muertos en el campo de batalla, "Todos eran amigos míos", comentará con tristeza Cody.
Hay excelentes escenas costumbristas indias, desde la manta del noviazgo a las danzas guerreras previas al combate, o el ataque y el choque entre ambas caballerías en el lecho de un río. Todo con vibrantes cabalgadas en las que se lucen como jinetes cientos de extras.
Siguiendo a su esposa y a su hijo marcha a Washington para recibir de paso la Medalla del Congreso. Allí, desplazado, comienza una nueva etapa de su vida donde se muestra incapaz de asimilar la fama que lo precede por esa afición tan americana de encumbrar a héroes en periódicos y tebeos, "Nunca pensé que estrechar mi mano pudiera valer un dólar". Héroes que luego derriban sin contemplaciones si no se pliegan al gusto de personas influyentes que siguen convencidas que el indio muerto es el mejor indio. Frente a ello se alza Cody reivindicando simplemente: "Un indio es un americano libre" que ha sido expulsado de sus territorios.
Infeliz y descontento contempla la muerte de su hijo por la difteria, "enfermedad de la civilización que se transmite a por el alcantarillado de las ciudades".
Como ya se ha indicado, es una de las aproximaciones más humanas a esta figura legendaria del Oeste americano, interpretado por un McCrea digno y muy bien caracterizado. Magníficos como siempre O'Hara y Mitchell, este en el papel de divertido escritor y periodista.
Tal vez lo más flojo sea el excesivo tono melodramático de algunas partes de la cinta, pero lo compensa con creces la defensa de la cultura india y la fidelidad para centrarse en el aspecto humano del héroe protagonista.
En resumen, una película muy interesante.
Lafuente Estefanía
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