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Voto de PETER COHELET:
1
Ciencia ficción La película de ciencia-ficción por excelencia de la historia del cine narra los diversos periodos de la historia de la humanidad, no sólo del pasado, sino también del futuro. Hace millones de años, antes de la aparición del "homo sapiens", unos primates descubren un monolito que los conduce a un estadio de inteligencia superior. Millones de años después, otro monolito, enterrado en una luna, despierta el interés de los científicos. Por ... [+]
23 de marzo de 2011
68 de 116 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquel que es sabio y tiene algo que decir, intenta ser muy claro; el hipócrita o el necio que pretende ser tenido por sabio, se esfuerza en ser oscuro.

Pero Stanley Kubrick conoce la naturaleza humana. Sabe que ofrecer a las personas ambigüedad disfrazada de significado les colma de felicidad y gratitud, y les deja el sentimiento de ser como los iniciados de un nuevo credo.

“2001: una odisea en el espacio” no vale nada porque no dice nada. Recuerda a las parábolas del Nuevo Testamento: ambigüedad y metáforas de libre interpretación.
La única condición para que la interpretación sea válida es el "principio de coherencia" o de "no-contradicción".
En algún momento, los iluminados, si tienen labia, consiguen que sus interpretaciones se vuelvan certezas.

“2001: una odisea en el espacio” es como una carta escrita en un nuevo idioma que emplea las palabras convencionales. Así, a todos les suena a algo pero a nadie le dice nada.
Entonces, la gente acude al gran filólogo, al mago de las letras que ha escrito la carta, y le pregunta.
El mago tiene carisma, y sonríe como si supiese algo que los demás no saben. Sonríe como la vez en la que le preguntaron si el paseo del hombre por la luna pudo ser un montaje pero, lo mismo que entonces, sonríe insinuantemente, y luego calla.
Muchos, sin embargo, ven en ese silencio la prueba de que todo tiene un oculto sentido, de que es una carta maravillosa, la mejor carta que se haya escrito nunca. Muchos no pierden la fe.
Pero la pregunta queda sin respuesta.
Y un día, el mago muere.

Una carta escrita en un idioma desconocido es sólo una sucesión de garabatos indescifrables, aunque sean bonitos. Si el mago que la escribió no quiso traducirla, nunca se podrá saber si la carta decía algo interesante ni si el mago no era un hipócrita.
PETER COHELET
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