Cuando veas esta película si es que no la has visto, acuérdate de cortarte bien las uñas para no dejar marcas en los apoya brazos de tu sillón favorito y de ponerte el babero, ya que no tendrás tiempo casi de tragar saliva. Ritmo frenético y con estilo, imparable como un tren a punto de arrollarte. Los Coen rozan, si no la alcanzan, la perfección en creación de personajes, dirección de actores, ritmo, diálogos, recreación de situaciones inverosímiles, uso de la cámara, tratamiento de la fotografia, sentido del humor y uso de la banda sonora...... oséase, en todo.

Pobrecillo el conejito que olisquea la granada.

Film para saborear como uno de esos caramelos de crema de café. Obra maestra.