A la tercera no fue la vencida, a la cuarta mucho menos y esta quinta parte no iba a ser una excepción de una saga que no levanta cabeza en lo que a calidad se refiere ni parece tener fin.

Dejando de lado el guión, que es una mera herramienta para lucir efectos especiales, tampoco en espectacularidad cumple su cometido, ya que el núcleo del largometraje es una divagación de explicaciones y presentación de superfluos personajes humanos quedando los robots protagonistas en segundo plano, todo ello con un montaje caótico y frenético donde el plano más largo dura como mucho cuatro segundos.

Y que el póster no os confunda, quien debería ser la estrella de la función, Optimus Prime, apenas sale una cuarta parte de las interminables dos horas y media que dura la película.

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