Con la efectividad del cine inglés y con la sensibilidad del japonés, discurre esta fusión que me recuerda a ratos a producciones gamberras como "Snatch" o "Trainspotting" o calmadas como "Lost in Translation".
La acción aparece a lo bestia cuando tiene que ser y retoma momentos de tranquilidad que ayudan a comprender el drama de fondo de los personajes. Las historias se acaban cruzando de forma inteligente.
No entiendo como está pasando inadvertida en Netflix. Una sorpresa.