Ofreciendo exactamente lo mismo, "Misión: Imposible 2" es tan diferente, e incluso opuesta, a su predecesora, como lo son los propios cineastas que están al frente de ellas.
Brian De Palma y John Woo.
Tanto monta, monta tanto.
Seguramente me seduzca más lo que propuso De Palma en la de 1996 que lo que propone aquí Woo, pero me gustan las dos.
Y ni mucho menos creo que esta secuela sea el ridículo pestiño que aún hoy siguen vendiendo muchos.
Qué tiempos aquellos en los que las secuelas de blockbuster tenían la personalidad de sus directores.
Qué tiempos aquellos en los que las secuelas de blockbuster tenían personalidad.
Y una última cosilla antes de archivar la misión, quizás con la que debiéramos haber empezado: ¿Qué pintaba Anthony Hopkins aquí?...