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Voto de GonzaloyGracias:
7
Thriller. Intriga Año 1962. Una glamorosa pareja norteamericana formada por el carismático Chester MacFarland (Viggo Mortensen) y la bella y joven Colette (Kirsten Dunst) se encuentra en Atenas durante unas vacaciones en las que recorren Europa. Durante una visita a la Acrópolis conocen a Rydal (Oscar Isaac), un joven estadounidense que habla griego y trabaja como guía turístico, situación que aprovecha para timar a turistas ricas. Atraído por la belleza ... [+]
12 de enero de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las dos caras de enero (Anagrama, 2005) es el título de una novela de la gran escritora Patricia Highsmith, y de la película que ha supuesto el debut como director de Hossein Amini. De H. Amini conocíamos su trabajo como guionista de Drive, una película dura, estremecedora y a la vez lírica, de un ritmo arrollador: una de los filmes más interesantes de 2011. En la adaptación de la novela homónima de P. Highsmith, Hossein Amini ha optado por seguir la estética de ese cine clásico que se fue para no volver, pero del que de vez en cuando tenemos fugaces resurrecciones. Las dos caras de enero nos recuerda a algunas adaptaciones de Anthony Minghella (El paciente inglés, El talento de Mr. Ripley…) y más lejanamente la estela de un Hitchcock menor, pero siempre sugerente. En la película una pareja “americana” divina y glamurosa entra en contacto con un joven, también americano, que sobrevive como guía turístico y como pícaro de poca monta en Grecia. Nada es lo que parece en P. Highsmith, y pronto la pareja divina enseñará su verdadera cara turbia y fraudulenta (y el pícaro la suya de pazguato), enredados además en una relación triangular equívoca y fatal.
Una película con un trío de actores espléndidos: Viggo Mortensen, Óscar Isaac y Kirsten Dunst, que dan a sus personajes la necesaria ambigüedad y el glamur que el film precisa. Film notable también, con una gran fotografía y una música envolvente de Alberto Iglesias, pero sin alcanzar el encanto o la intensidad de esos “clásicos” que se fueron para no volver. Pero se le acerca.
GonzaloyGracias
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