¿Cómo rodar una película de monstruos ahorrando en efectos especiales? Pues tirando de explosiones, terremotos, humo y sonidos.

En un pueblo acostumbrado a los terremotos no extraña que estos se produzcan, aunque últimamente se den con mayor frecuencia e intensidad. Eso sí, tenemos a un vejete que cree en las leyendas y conoce desde el primer momento que los temblores son por la llegada de Behemoth, la bestia del averno. Lo toman por loco, claro, pero al final tenía razón.

Me apena calificarla con un 1 porque me gustan estás películas chungas, pero esta se pierde a ratos en detalles insignificantes que no aportan nada y diálogos absurdos.

No la salvo ni por la presencia de William B. Davis, el "fumador" de Expediente X. Se hace rarísimo que teniendo 72 años a la hora de rodar este engendro haya una veinteañera que lo llame "papá".