Darkness Falls se convierte en un proyecto de terror con un original punto de partida pero que avanza de mal manera y perdiendo fuelle en la evolución del relato.

Jonathan Liebesman dirige con esmero en el primer tercio, con un notable prólogo que es indudablemente lo mejor del filme jugando habilidosamente con las reglas del género.

Lo malo es que el relato va perdiendo fuerza y los maniqueos personajes y horribles interpretaciones no ayudan a mantener un buen nivel. Un proyector frustrado por las pobres interpretaciones y por la cada vez menos creíble evolución del relato. Una decepción importante si tenemos en cuenta el prometedor prólogo con el que se nos presenta. Una lástima.