Luc Besson nos deja otra heroína de acción de su ya extensa colección personal, ésta vez le toca a una Scarlett Johanssson muy segura como chica dura.

Un inicio apabullante y muy irónico e inteligente gracias al excelente montaje nos va generando expectativas de qué vamos a encontrarnos con una película desenfadada, fresca y con carácter, y eso parece, pero Besson acaba llevando la historia hacia cauces más filosóficos y trascendentales que sólo consiguen romper el tono y hacer que la parte final sea un pastiche efectista y poco estructurado que desencaja al espectador.

Un blockbuster con aroma a Serie B, que tiene en su genial comienzo y en la presencia de Scarlett Johansson sus mejores bazas pero que decae estrepitosamente cuando las alegorías filosóficas se convierten en el tema central.