Haz click aquí para copiar la URL
España España · Santa Margarida i els Monjos
Voto de Víctor Baylach:
8
Drama Cuatro profesores de instituto se embarcan en un experimento sociológico en el que cada uno de ellos deberá mantener la tasa de alcohol en su cuerpo al mismo nivel, durante su vida diaria, intentando demostrar de esa manera que pueden mejorar en todos los aspectos de su vida. (FILMAFFINITY)
21 de abril de 2021
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen día, a un psiquiatra llamado Finn Skårderud se le ocurrió la fantástica idea que el ser humano nace con un déficit de alcohol en sangre del 0’05 y que llenando esta ausencia con un par de copas de vino todo era mejor. Uno se vuelve más relajado, más confiado, seguro, creativo y menos preocupado, y si consigues mantenerte en esta línea delgada, popularmente conocida como “el puntillo”, uno conseguirá mejorar en todos los aspectos de su vida, siendo la mejor versión de sí mismo.

Poco tiempo le faltó al genial director danés Thomas Vinterberg para usar ésta descarada idea, coescribirla junto a su aliado Tobias Lindholm, y así ponerla a prueba en su nueva película, “Druk”, donde cuatro amigos y profesores de instituto, en crisis de madurez, con vidas monótonas y aburridas, y con problemas de confianza, se deciden a poner en práctica dicha “teoría” a modo de experimento sociológico con deseos de mejorar sus infelices vidas.

Siendo un delicado drama, Vinterberg enmascara la tristeza de sus protagonistas en una comedia simpática con la que seguimos con gracia las aventuras y desventuras de los protagonistas, en las que se reflejan ciertos problemas sociales de Dinamarca y de la Europa actual. Protagonizada por el magistral Mads Mikkelsen que acompaña una vez más al director, junto a sus tres mosqueteros, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang y Lars Ranthe, donde todos y cada uno de ellos nos conquistan con sus actuaciones creíbles y cercanas, haciéndose un cuarteto digno merecedor y ganador del premio "ex aequo" del pasado Festival de Cine de San Sebastián. Y mención aparte a la maravillosa escena de baile de Mikkelsen, al son de “What a life” de Scarlet Pleasure, con la que no podíamos cerrar la cinta de mejor manera.

Una muy notable tragicomedia, embriagadora y compleja a la vez que equilibrada. Una evasión de la realidad mediante la borrachera donde se hace casi imposible no rendirse a sus encantos. Siendo consciente de sus arenas movedizas, y mucho más triste de lo que parece, dejando claro que el alcohol no es ninguna broma. Pero que posee la belleza suficiente como para ser divertidamente disfrutada. Así que yo, alzo mi copa y brindo por “Druk”, la que es por ahora una de las películas del año.
Víctor Baylach
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow