Sé insinúan ciertos debates, utilizando los dinosaurios como pretexto, que podrían resultar muy interesantes y a la orden del día. Sobre ética relacionada con el especismo la biotecnología e la ingeniería genética pero se prefiere optar por el espectáculo. Algo nada asombroso aunque el guion podría haber ahondado más en alguno de estos temas.

Lo posmoderno aburre un poco, no hago ningún provecho destacándolo, ni para bien ni para mal. Pero los negros molan mucho, y son guays. Solo faltan arabes en la lista de etnias sociales y tenemos una lesbiana superheroína. Todo el mundo contento.

Mola que el T-Rex esté de vacaciones en los Alpes italianos, ya estuvo en Costa Rica y en la Costa oeste americana.

Bryce Dallas Howard corre más que los velociraptores, sé mueve bien por los tejados. Supongo que habrá estado entrenando. Lo supongo porqué su amigui la lanza en medio de un bosque relleno de dinosaurios asesinos al grito de: 've tu, eres su madre'.

Se inventan que el Giganotosaurus era más grande que el T-Rex, para superar el reto que tienen los guionistas entre ellos de que en cada nueva entrega de la saga aparezca un monstruo más grande. Aunque pareciera que en la vida real, no era más grande que el T-Rex y que en la trama de la película no tiene ningún sentido que aparezca de la nada. Creo que me quedo con el Spinosaurus de la tercera entrega de Jurassic Park, era más fotogénico.

Como los dinosaurios han pasado de animales a mascotas ya no dan tanto miedo, ahora el problema son las langostas gigantes asquerosas.

El final esperpéntico es la camarería entre humanos y velociraptores.