Si alguien me pidiera que le describiera que es para mi la guerra, les diría que las palabras no me alcanzan para describirlo , y les remitiría a los primeros 20 minutos de Salvar al soldado Ryan y los 10 primeros de Enemigo a las puertas. No se puede pintar un cuadro más completo del horror y la sinrazón.

Y Stalingrado, la batalla más cruenta de la historia, es el escenario ideal para pintar el épico dramatismo de una lucha sin cuartel, sin tregua y sin salida. Ni un paso atrás. Ni un metro al invasor.

En este contexto, se desarrolla la lucha particular de dos estandartes de sus respectivos bandos, dos iconos antagónicos: el héroe del pueblo, de origen humilde,inculto, pero todo pundonor,Vasily Zaitsev, y el elegante, educado,elitista pero sin escrúpulos mayor Köenig. Todo ello con el sustento de una banda sonora de aires rusos (impagable el sonido de la balaika en el tema de Tania) que te traslada a la guerra patria y estremece como el sonido de los obuses, con una fotografía excepcional y con una historia memorable de choque de ideologías antagónicas en espiral de violencia


Que más da que se ponga en duda la verosimilitud histórica de dicho duelo. Si no existió, debería haber existido y esto es cine. Un duelo de cine con mayúsculas, como el de Darth Vader y Luke Skywalker, Batman y Joker, Rippley contra alien....