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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
6
Thriller. Drama Nueva York, año 1981 -según las estadísticas, el año con más crímenes y atracos de la historia en la ciudad-. El inmigrante hispano Abel Morales (Oscar Isaac) y su mujer Anna (Jessica Chastain) han conseguido sacar adelante con éxito su empresa de distribución y venta de gasóleo. Ahora están a punto de lograr la última pieza de su sueño americano: comprar un cotizado terreno frente al río Hudson, un enclave que les permitirá expandirse ... [+]
27 de marzo de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El año más violento” podría despistar a más de un espectador que espere una película más de tiros. No se trata de una acción a lo Steven Seagal, por ejemplo. Es un cine que disecciona hechos, cuya acción transcurre en el interior de los personajes, que se desarrolla en invierno, en la década de los ochenta y aunque un subtítulo nos indique que se trata de la ciudad de Nueva York, no sale nada que el espectador pueda identificarla con lo que en el cine habitualmente muestra de ella: polígonos industriales, camiones cisterna, contenedores, óxido, nieve sucia, y barrios abandonados, medio derruidos, todo alejado de la imagen más turística de la ciudad o de sus barrios habituales, aunque sean barrios marginales. De hecho hay parte visualmente sacada de Detroit, una ciudad con barrios fantasmas, destilando en todo momento un tono de desencanto, de rompimiento del sueño americano dorado, decadente, como por ejemplo ya ocurría en la ya no tan reciente “Mátalos suavemente”.
Su ritmo es realista, a veces pausado aunque no llegue a ser lento, pero su principal característica es que es extremadamente gélida, tan pretendidamente glacial porque J. C. Chandor ha antepuesto esta intención tan cortante como un cuchillo para ayudar al clima analítico que se requería, y eso ya la hace diferente, pero también es una barrera de hielo transparente para que el espectador medio pueda participar de ella. Sus personajes, casi todos de dudosa honorabilidad se mueven por intereses oscuros, brillando con luz propia sobre todo Oscar Isaac en el difícil cometido hombre honrado. Se ha dicho de él que recuerda al Pacino de los setenta (y a mí también me sonaba a Alfred Molina en algunos momentos), cierto es. Chastain, que da la réplica, hace de su mujer, paseando constantemente preciosos modelitos exclusivos de Armani con un personaje, que como el resto, se ven tan vulnerables como ambiciosos, y su frialdad innata le ha beneficiado. También se ha comparado la labor de J. C. Chandor con renombrados directores como Lumet o Coppola, pero me temo que eso ya eso sí que no. Sigue un estilo muy en la línea de estos y otros directores en la década de los setenta, pero compararlos con ellos iría en detrimento de Chandor, aún sin un estilo tan depurado, aunque interesante. Su fotografía intenta contribuir a ello de manera evidente, pero creo que es su banda sonora la que más ayuda a recrear esa visión entre arrumbada y fantasmal, muy en la línea de los años ochenta, y es más que acertada.
No me extraña que finalmente no haya obtenido ninguna nominación a los Oscars a pesar de otros premios y menciones conseguidas. Ya figuraba “Foxcatcher” que es otra muestra, para mí más conseguida, de esa América a la que la industria del cine no le conviene mirar y que el espectador tampoco va a buscar. Pero si es verdad que si le hubieran hecho un hueco, aunque fuera como mejor película, quizás hubieran abierto una brecha, un estilo de cine que pertenece, más que al gremio comercial al cine independiente, algo que desde hace décadas ya hacían también Bogdanovich o Huston por ejemplo, con excelentes resultados, pero que por ello tuvieron que pagar peaje.
Maggie Smee
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