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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
3
Acción. Aventuras. Fantástico A pesar de estar enterrada en una tumba en lo más profundo del desierto, una antigua princesa (Sofia Boutella) cuyo destino le fue arrebatado injustamente, se despierta en la época actual, trayendo consigo una maldición que ha crecido hasta límites insospechados con el paso de miles de años. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2017
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título del comentario proviene del tema musical “Mami”, de Los Chichos. Porque al finalizar la película fue de lo primero que me acordé. Aunque parezca que no guardan ciertos paralelismos no es así: ese desprecio y el asqueroso trato que le da el hijo, o la nueva generación, que explota a la “Mummy” a la que le debe tanto, a ese mito del género fantástico que tan buenos momentos nos ha dado y que merecía un trato mejor.

También porque ambas, por qué no decirlo, poseen cierto aire “choni”, sobre todo en la película es evidente según va avanzando, donde el descontrol argumental casi da guantazos al espectador, así como su realización, bastante rudimentaria, en la que habrán dispuesto de miles de “storyboards” y efectitos por ordenador, así como muchos asistentes con gorritas de NYU colocadas al revés, con la visera tapando la nuca, pero donde se carece de ingenio, y lo peor, de alma, tema que por cierto se alude de manera superficial en el film y que ya podían haberse esforzado algo, un poquito nada más, sobre todo cuando se ha dispuesto de tantos medios.

En fin, tanto para tan poco, lo que ocurre casi siempre en estas superproducciones chiclosas americanas urdidas para sacar pasta sin importarles nada más y que en el fondo son pan para hoy y hambre para mañana, porque si se lo hubieran currado bien serían una constante máquina de hacer dinero, además de contar con el respeto del público, pero eso ya no parece importar, ni a los unos ni a los otros. El público, al volverse borrego, propicia que se hagan productos basura que carecen de todo encanto, que serán una y otra vez emitidas por diferentes canales de televisión para llenar horas, porque dejarán en breve de tener audiencia.

El que haya un par de secuencias curradas, como el hallazgo de la tumba o la del interior del avión, no salvan el cúmulo de errores y de clichés que le siguen, aunque estén sazonados con mucho morro, un tono casi demencial, lo cual puede convertirla en algo para reírse, que no comedia, eso es diferente.

Tom Cruise debería haber exigido un papel con más enjundia y se limita a dar más vueltas que un trompo. Muy floja su labor. Sofia Boutella aporta más imagen que otra cosa, convirtiéndose más que en una malvada a recordar en una pequeña y simpática amenaza. Peor Russell Crowe en el patético papel de Jekyll, al que Hollywood parece que ya le ha destinado como actor de reparto más que protagonista. Cuando Russell es narrador intenta evocar, por ejemplo, la portentosa labor de Richard Burton en “La guerra de los mundos”, aunque no le llega. Cuando ejerce de actor, en sus diálogos, parece que esa rotunda voz se dispersa, se le olvida utilizarla del mismo modo, aunque se trate de la mejor voz del reparto. Annabelle Wallis es la chica mona y a la que visten incorrectamente. ¿Para qué ponerle camisas húmedas y debajo sujetadores con copas de amianto, por lo menos, para evitar que se le transparenten los pezones? Ese punto estúpidamente recatado me saca de quicio, y si no vístanla de otra forma y llamará menos la atención esa censura, que no le va a ayudar a ser sexy ni natural, cosa que pretendían vendernos. Cierra las menciones del reparto Jake Jonson, como Chris, intenta emular la simpatía en un rol plagiado al de Griffin Dunne en “Un hombre-lobo americano en Londres”, sin llegar a su altura, como cabía esperar.

Tampoco se trata de pedir peras al olmo. Esto es lo que es, no tiene más. Es cierto, que los más descerebrados, nos acusan a los que tenemos un punto de vista objetivo de ser de un grupo gafapasta, ellos que se entretendrán incluso haciendo pompas de saliva. Y se equivocan los muy necios. Hay ciertos productos intrascendentes que a mí me gustan, porque por lo menos lo mínimo se lo han trabajado, pero el hacer subproductos por ordenador como este, impersonales y abonando un final descaradamente para su continuación a mí no me atraen, ni siquiera para futuros timos o entregas, como se les quiera llamar.

Y lo que sí me da miedo (aparte de pena) son los turbios proyectos de la Universal en “resucitar” en nuevos “remakes” a “Frankenstein” o “El hombre invisible”, porque si van a hacer churros de este calibre a mí ni me interesa verlos por la televisión mientras me echo una siestecita, ya que son productos tan recargados de ruidosos efectos de sonido que me impedirían descansar, a menos si los viera con el volumen bajo.
Maggie Smee
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