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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
9
Drama. Intriga En la Nueva Orleans de 1937, una rica viuda, la señora Venable, ofrece al doctor Cukrowicz los fondos para crear un hospital a condición de que practique una lobotomía a su sobrina Catherine. La señora Venable se encuentra perturbada por la reciente muerte en Europa de su hijo Sebastian, con quien solía viajar todos los veranos, salvo el último, en el que Sebastian prefirió llevar como acompañante a su prima Catherine. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2012
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1959 John Wayne originó un pequeño cataclismo familiar al telefonear al anciano padre de James Stewart, al que conocía, para informarle que su hijo había rodado una película pornográfica titulada “Anatomía de un asesinato”, dándole un gran disgusto. Nada que después no pudieran arreglar amistosamente ambos actores… Pero peor fue para “De repente, el último verano” ya que fue a la prensa a la que dijo: “No tengo intención de verla. El argumento de la película es demasiado desagradable como para llevarlo a la pantalla y entretener a la familia o a cualquier miembro de una familia decente”. Y así fue como la carrera comercial de la película se dañó, agravada por la condena posterior del sector más reaccionario y a lo que se sumó su prohibición en varios países. En España tardó veinte años en estrenarse, y cuando lo hizo, que todo hay que recordarlo, pasó desapercibida para el gran público y la crítica que, salvo honrosas excepciones, tampoco estuvo a la altura. Fue con el tiempo cuando esta película fue adquiriendo forma y su fama de mítica, cuando se desprendió de su aire de escándalo, ya que fue la primera película de Hollywood en tocar ciertos temas prohibidos, como por ejemplo la homosexualidad. Dejando aparte las anécdotas del difícil rodaje (Taylor era la artífice del proyecto y la única que no se enojó con nadie, siendo el vínculo de comunicación entre todos) es el gran Mankiewicz quien lleva al cine una de las obras más densas, sugerentes y tortuosas del gran Tennessee Williams, que hace su guión (¡qué guión!) con Gore Vidal, plagado de diálogos antológicos, y da ocasión de que todos, especialmente tanto Hepburn como Taylor, desempeñen uno de los mejores trabajos de sus respectivas carreras. Junto a la dirección artística ambas fueron nominadas al Oscar (incluso Taylor obtuvo el globo de oro ese año). Aún así “De repente, el último verano” no encandiló al gran público (ni hoy lo haría), ya que sigue siendo una obra demasiado compleja y audaz. Tarea difícil era el que saliera bien, pero resultó ser una excelente y poderosa película, con un texto perfecto del que se han hecho varias versiones televisivas, pero sin igualar esta genialidad, con una fotografía y una banda sonora que ayudan a que el clima oprima al espectador, un ambiente que oscila entre la más cruel realidad, la pesadilla, y lo onírico, casi de duermevela, la misma sensación de estar aturdido tras un duro shock. La vida, la muerte, la poesía, la demencia, la religión, el sexo, la creación en su sentido más amplio… van aflorando a lo largo del relato y en escenarios tan inquietantes como, por ejemplo, el jardín de Sebastian. ¡Qué gran película!
Maggie Smee
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