Pocos fallos se pueden encontrar en esta película. Un film distópico con una mecánica absolutamente agobiante e incómoda para el espectador que no es más que una alegoría a la realidad. Con un final abierto que demuestra que efectivamente, el objetivo que tiene la obra no es dar una conclusión, si no hacer ver desde el punto en el que partimos. El guión y la trama son excepcionales bebe de otras películas de terror psicológico como The Cube. Una película que a cualquier persona con cerebro le hará reflexionar y replantearse la clase de mundo en el que vivimos. Desde luego, no es apta para aquellos, que al igual que un religioso trasnochado, creen en pantomimas como la de que el mercado se regula sólo o la de que de que se puede hacer un buen uso y distribución de los recursos en una jeraquización socioeconómica, algo que lleva desmintiéndose desde el siglo XIX. En resumen: Si eres un criptobro que vive en forocoches, que se queja de pagar muchos impuestos aunque cobra como mucho 2000 euros mensuales, no sólo no te va a gustar sino que hará que eches espuma por la boca.