Pues parece ser que los extremos siempre son perjudiciales o eso es lo que vemos en esta divertida peli basada en la obra de teatro del mismo nombre y que sirve para lucimiento de una de las parejas de actores más clásicas del cine comedia. Una vez más Lemmon y Matthau se dejan llevar ante la cámara dando buena fe de la química que había entre ellos. Así que amigo espectador, tienda a quedar en un punto medio y no peque ni de ser tan asquerosamente dejado como para permitir que sus bocadillos acaben criando malvas fuera de la nevera ni sea tan neuróticamente obsesivo como para pretender tenerlo todo bajo el más absoluto control. Ambas cosas le pueden conducir a un estado de soledad y a un sentimiento de autodestrucción para que a ojos del prójimo su situación parezca tan ridícula que el resto de la gente se acabe partiendo el culo con usted.

De eso va esta película, de convertir en divertida una situación que si lo pensamos fríamente, por momentos es dramática, sobre todo para el bueno de Jack Lemmon, al que vemos realmente en las últimas durante los primeros minutos de metraje pero que en realidad será la excusa perfecta para dar pie a una serie de situaciones que quieren arrancar la risa del espectador. En esta historia hay sobre todo dos pasajes que son absolutamente geniales y que hacen que te rías por la enorme chispa que tienen y la ametralladora verborreica a la que recurren. Una partida de póker entre mugre y desorden que acaba reuniendo a los 6 amigos en pantalla y un encuentro dos a dos entre la pareja protagonista y las hermanas. Esos son los puntos fuertes de la película y para mí los momentos en los que el guion alcanza el clímax. Pero también encuentro un problema en esta historia, y es que parece que la película lo da todo precisamente en esos dos pasajes y todo lo que hay antes y después de ellos respira cierta claudicación tanto en la parte humorística como en un guion al que le cuesta recuperar las revoluciones. El resultado a mi juicio se resiente en esos tramos y hace que el espectador tenga la impresión de no estar ante una película tan divertida como otras.

Seamos francos. Gene Sacks no es Billy Wilder y "La extraña pareja" no es tan potente como "En bandeja de plata" y "Primera plana". Incluso encuentro más divertida "El Guateque" de Peter Sellers, una película que sabía dosificar mejor lo que le iba dando al público para ir creciendo poco a poco sin tener que darlo todo en los primeros metros y desfondarse después, como ocurre con esta extraña pareja. Por eso creo que a pesar de ser una buena peli, no es ni la mejor ni tampoco la más divertida de las que ha protagonizado la pareja Matthau-Lemmon. Así que:

- ¿La recomendaría dentro del género de comedia? Desde luego que SÍ.
- ¿Estaría entre mis favoritas dentro de ese tipo de cine? Rotundamente NO.
- En la vida real, ¿tú te identificas con el team Matthau o eres más del team Lemmon? Pues ten cuidado porque cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar...

LO MEJOR:
- Cuando mete la sexta marcha y pisa a fondo, sus diálogos te pasan por encima.
- Ideal para recordar que siempre habrá alguien más pringado que tú.
- Me he reído, pero.....

LO PEOR:
- Pensaba que reiría más.
- Tiene momentos de bajón, y se notan.