A pesar de las notables fotografía, banda sonora y montaje, marcas de la casa, El inmortal no resiste el formato del largometraje. Los planos largos, los silencios y los diálogos austeros, en los capítulos de 40 minutos, creaban la atmósfera fría y sombría de los camorranos, nos magnetizaban para que nos adentráramos en su mundo. Aquí hay demasiado tedio. Todo ello incentivado por un guion inmaduro, poco creíble, en el que, por poner un ejemplo, una banda de mafiosos acuden a la ratonera de quienes les acaban de robar para tener un encuentro con ellos y, claro, les tienden una emboscada. Todo demasiado fácil, ingenuo, previsible.

Si quieren ver película sobre la mafia italiana de alta calidad, vean la peli Gomorra y no se pierdan las dos primeras temporadas de la serie. El resto, sobra.