Después de ver “El hombre de acero” me quedan muchas sensaciones pero la que más resalta sobre todas es la de que es una película muy diferente a todo lo que se ha visto del personaje de Superman, es imposible no ir a ver la película con una idea preconcebida sobre el personaje basada en las anteriores películas , los comics, series de televisión o animación etc… pero ya solo en el inicio con la presentación del planeta Kripton y lo que le rodea te das cuenta de que esto va por otro camino muy diferente. Después de esta introducción necesaria se nos muestra la típica presentación del personaje pero de una manera a mi forma de ver muy acertada que es la de intercalar flashbacks tanto de niño como de adolescente con varias escenas de adulto que dan forma a la personalidad del personaje en la actualidad, aquí quizás es donde se hecha un poco en falta algo más de profundidad pero estoy seguro de que en las siguientes partes ( que no dudéis ni por un momento que las habrá) se hará referencia a más sucesos de su infancia/adolescencia.
Uno de los motivos de que sea tan diferente es por estos flashbacks que muestran al personaje como nunca antes lo habíamos visto, aquí no hay escenas de niño levantando una camioneta ni corriendo al lado de un tren , aquí se nos muestra una faceta mucho más dramática del descubrimiento de sus poderes y sus consecuencias.
Ya después del prólogo y de que el personaje este bien presentado y asentado es cuando se destapa la caja de los truenos, aquí es cuando hay que agarrarse al asiento y flipad con unas escenas de combates que parecen sacadas de Dragón Ball y un ritmo vertiginoso que ya no para hasta la parte final con un grado de destrucción que deja en pañales a lo visto en el final de los Vengadores, como debe de ser en un combate de Superman.
Mantiene el mismo estilo que la saga de Batman y aprovecha sus virtudes que tan bien han funcionado, coger un personaje icónico que todo el mundo conoce darle un contexto oscuro y dramático con una buena historia de base, coger a muy buenos actores que hagan muy buenas actuaciones emotivas y dramáticas y a todo esto se le suma escenas de acción espectaculares (aunque tampoco muchas) y ya tienes un producto redondo y que funciona.