Bastante insalvable. Si bien a la primera entrega le faltaba autoparodia la segunda sabía entender lo que de verdad queremos ver con este "remember" ochentero. Los Mercenarios sigue reuniendo un elenco de actores que repartieron por la década de los 90 como nadie repartió, pero esta vez se ha quedado muy corto en su reparto.

Las nuevas incorporaciones (y hablo de los veteranos) tienen un papel extremadamente discreto, y se echa mucho más en falta el protagonismo de Schwarzenegger cuyos minutos en pantalla siempre dan más calidad gracias a su carisma. Los Mercenarios 3 va de Sylvester Stallone el 80 % de la película, y el 20 % se lo reparten entre toda la cantidad de actores que, para mí, tienen más interés que él.

Un paso atrás de una saga que ya se hace algo pesada. Vendiéndose siempre como una película de acción clásica hay unas cuantas más que rinden homenaje a aquella época sin pretenderlo. Más vale que retomen el tono cómico de la segunda parte. Una lástima.