El club de la lucha es una original película, que de tan original a veces puede resultar hasta ridícula. Nuevamente la asociación Pitt+Fincher surge gran efecto y da luz a una película de alta calidad sobre todo en su memorable guión, lleno de frases para la posterioridad y cargadas de una profundidad y filosofía envidiable.
Edward Norton cumple su papel a la perfección como suele hacer, y el resto de los factores que componen el largometraje están a la altura aunque quizá peque un poco de larga duración. A pesar de ella en la película ocurren cosas continuamente y no hay muchos minutos de relleno, aunque si que se podría haber condensado un poco mas a pesar de que probablemente le hubiera hecho perder la citada profundidad.
Profundidad que se centra en Jack, en sus pensamientos y en sus ambiciones ocultas en una película que cabalga entre la acción y el thriller con uno de esos finales imprevisibles que tan de moda se pusieron en los últimos años llevado con la suficiente coherencia como para no desentonar y que lleva a un desenlace donde todos los pensamientos de Jack se enfrentan y luchan entre sí, por el enfrentamiento entre la calma, tranquilidad y normalidad de su vida contra su sentimiento subyaciente catastrofista y apocalíptico que quiere acabar con todo lo establecido y partir desde un punto nuevo a nivel global sin ningún tipo de atadura.