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Voto de Cinemagavia:
9
Drama Un cuento de verano sobre la convivencia entre cuatro actrices y una escritora que ensayan una obra de teatro en un antiguo molino, apartado del mundo. Es la historia de un hechizo. Con princesas, sapos, ríos, cartas y hasta un príncipe despistado. Durante esos días de ensayo, las chicas se irán conociendo y midiendo a través de los materiales que plantea la obra, y aportarán sus propias vivencias alrededor de los temas de sus ... [+]
24 de agosto de 2023
54 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Mujeres que hablan

No diría que Las chicas están bien desmonte los cuentos de princesas, aunque la niña Julia determine que a la princesa del guisante hay que deconstruirla, pero sí hay rebeldía al mostrar la intimidad de cinco actrices. Una intimidad que no compite, sino que permite la escucha gracias al sosiego del espacio escogido para los ensayos. Cine dentro del cine rodado en un entorno alejado de los focos y el asfalto (se agradece tanto) para ahondar en los temas que importan. Mujeres que hablan sin que nadie las interrumpa (eso también se agradece). Fuerza y fragilidad en un espacio agreste que no es solo un marco, sino protagonista también de un cuento casi real. Un entorno rural que ofrece los árboles y la sombra, las flores, el silencio, el agua clara del río en el que las cuatro hermanas recitan las cartas del hermano ausente.

Pero esto ocurre casi al final, volvamos atrás que me estoy adelantando. Una directora, Itsaso Arana (La virgen de agosto), ha escrito papeles para cuatro actrices en lo que será (es) su ópera prima. Actrices y amigas de diferentes edades por las que se deja arropar y a través de las cuales su delicado texto fluye con ritmo, aunque haya parlamentos que parezcan del barroco, porque ¿Quién habla así? Pues las princesas de los cuentos y con ello juega Itsaso Arana, con ese lenguaje que transita entre lo intenso y lo espontáneo, lo imaginario y lo real. Para ello se sirve de un vestuario que nos traslada al teatro, enaguas y corsés que convierten el espacio de ensayo en un lugar apartado de la realidad, pero pegado a lo cotidiano.

*La delicada línea entre la interpretación y la realidad

El ensayo deja de ser un trabajo para ser un juego en el que todas participan con su propia voz. Fuera del ensayo, las experiencias vitales se comparten, algo que, según la directora, “nos hace mejores”. “Es el premio de compartir la vulnerabilidad y las fragilidades”. La historia de la princesa y sus hermanas se cuela en el día a día de cinco actrices que ensayan sobre una cama con dosel vestidas de mujercitas del siglo XIX. Itsaso escribe con estilográfica sobre cinco chicas que hablan durante siete días de verano en una casa rural. 5 chicas, 7 días y 1 casa. Conversan sobre interpretación, sobre el amor y la muerte mientras ensayan, comen y se viven.

Las chicas están bien es asomarse a la vida, espiarla con una sonrisa y una lágrima de emoción por la mirilla que nos regala el cine. Acompañar al príncipe despistado que no cambia la vida de Helena, pues ésta sigue con sus planes. Y acompañar la maternidad de Bárbara, la conversación de Itziar con su madre difunta y la declaración de amor de Irene. El cine clavado a la vida, la vida dentro del cine.

*Conclusión

Las chicas están bien es una exploración y un homenaje, a las mujeres y al cine y, por qué no decirlo, es una celebración de la vida aceptando el paso del tiempo. Es inspiradora y divertida, porque está habitada por cinco actrices que aportan naturalidad y talento. No es, para nada, una obra menor, más bien se me antoja un debut gigante para Itsaso Arana y una experiencia actoral también enorme para las cuatro actrices que abordan este trabajo con gran madurez.

Escrito por Susana R. Sousa
Cinemagavia
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