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Voto de davilochi:
8
6,4
1.597
Comedia. Drama
¿Qué pasaría si 16 años después de la revolución rumana y la caída de Ceaucescu, el dueño de un canal local de televisión rumano ofreciera a dos invitados compartir sus momentos de gloria revolucionaria? Uno es un viejo retirado y eventual Santa Claus, el otro un profesor de historia que acaba de gastarse el sueldo en saldar sus deudas de bebida. (FILMAFFINITY)
21 de noviembre de 2010
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película muy interesante desde el punto de vista político-histórica que en pocas palabras podríamos definir como una crítica contra los usos y abusos de la Historia. Me imagino que para muchos rumanos este film habrá supuesto poco menos que una carga de profundidad porque pone en cuestión muchos de los presupuestos básicos sobre los que se ha basado la existencia del régimen rumano de la era post-comunista: el régimen de Ceaucescu fue derrocado por medio de una revolución con participación ciudadana masiva y espontánea. Sin embargo esto está muy lejos de la verdad, como voy a tratar de explicar. Para los que no somos de origen rumano esta película ofrece interesantes reflexiones que bien podrían ser aplicadas a nuestra propia experiencia de los hechos concebidos como Historia (véase en un español el modo en que vivió el 20N de 1975 o el 23F de 1981) o de aquellos que nos han enseñado como tal. La película viene como anillo al dedo dado el auge de un tema como es el de la memoria y, de este modo, puede promover en cada uno de nosotros, como decía, un ejercicio de autocrítica que, por otro lado, nunca está de más. Yo soy de los que piensan (siguiendo al gran Vissarion Belinski) que el arte debe ser puesto al servicio de la reflexión y el enriquecimiento de la sociedad, es decir, debe tener una función social, por ello esta película es tan interesante tanto por su sencilla concepción como por su profundidad. Más allá de todo lo demás hay que reconocer el virtuosismo de Corneliu Porumboiu en el manejo de la comedia y la excelente actuaciónd e Mircea Andreescu, rayana en la perfección. Creo que es una de las películas que más me ha hecho reír desde que veo cine, a pesar de su trasfondo dramático, aunque el cine de Europa del este ya nos tiene acostumbrados.
Y es que el tema de la manipulación de la Historia tanto a nivel colectivo como individual con intereses de cualquier tipo es un asunto muy serio, especialmente debido a que por lo general suelen servir a los intereses de causas políticas de dudosa moral. En este caso la trascendencia de alguien como el profesor Tiberiu Manescu es mínima, sin embargo el dardo del director va dirigido a otro objetivo. Tras la "revolución" rumana no hubo cambio en las élites dirigentes, se puede decir que Ceacescu fue el cabeza de turco que permitió al resto de los líderes del Partido continuar de una u otra forma vinculados al poder cambiando la chaqueta comunista por la democrática o nacionalista (de modo más general esta última). Toda Europa del este se vio afectada por este fenómeno, pero nadie más que Rumanía (y probablemente Serbia). La supuesta revolución es un mito creado por estas mismas élites necesitadas de legitimidad y de que los propios ciudadanos rumanos se sintieran satisfechos con su obra histórica para evitar cualquier cuestionamiento del nuevo statu quo.
Y es que el tema de la manipulación de la Historia tanto a nivel colectivo como individual con intereses de cualquier tipo es un asunto muy serio, especialmente debido a que por lo general suelen servir a los intereses de causas políticas de dudosa moral. En este caso la trascendencia de alguien como el profesor Tiberiu Manescu es mínima, sin embargo el dardo del director va dirigido a otro objetivo. Tras la "revolución" rumana no hubo cambio en las élites dirigentes, se puede decir que Ceacescu fue el cabeza de turco que permitió al resto de los líderes del Partido continuar de una u otra forma vinculados al poder cambiando la chaqueta comunista por la democrática o nacionalista (de modo más general esta última). Toda Europa del este se vio afectada por este fenómeno, pero nadie más que Rumanía (y probablemente Serbia). La supuesta revolución es un mito creado por estas mismas élites necesitadas de legitimidad y de que los propios ciudadanos rumanos se sintieran satisfechos con su obra histórica para evitar cualquier cuestionamiento del nuevo statu quo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ion Iliescu, el presidente anterior a Traian Basescu es un buen ejemplo de ello. Él mismo fue quien se encargó de supervisar el derrocamiento y ejecución de los Ceaucescu llevando a cabo una reelaboración de su figura como comunista bueno frente al comunista malo que sería este otro. De hecho Iliescu se encargó de fomentar el olvido colectivo del pasado reciente y promover esa visión idílica de una supuesta revolución en que se puso de manifiesto la voluntad del pueblo. De hecho es interesante el momento en que interviene en el programa el supuesto agente de la Securitate a quien acusa el profesor Tiberiu Manescu de haberle golpeado, no obstante éste afirma haber sido contable. No se manifiesta de modo explícito, pero es seguro que aquí hay implícita una crítica al modo en que todos los rumanos han reelaborado su pasado personal reciente con el fin de armonizarlo con la nueva realidad democrática. De hecho este supuesto agente de la Securitate era en la actualidad un empresario de éxito. De hecho Rumanía ha sido el único país del este de Europa que no se ha cuestionado su pasado reciente en el ámbito público. Sea como fuere el clima para sacar a la luz un film como éste parecía más propicio con la subida al poder de Basescu en el 2004 y con la entrada en la Unión Europea a la vista.
En cualquier caso el film aporta luz sobre los hechos del 22 de noviembre de 1989, sirve como válida la versión de Emanoil Piscoci: la supuesta revolución rumana fue posible gracias a la televisión. El liderazgo carismático de Ceaucescu se vino abajo en todo un país en el momento en que varios miles de jóvenes abuchearon al dictador ante el desconcierto y consternación de éste mientras millones de rumanos descubrieron que existían posibilidades reales e inimaginadas antes. Pero nada de esto ocurrió antes de las 12:08 cuando el helicóptero que llevaba a Ceaucescu se alzó en el cielo de Bucarest. Al fin y al cabo, como afirma Emanoil Piscoci "hicimos lo que pudimos", pero tenemos que tener cuidado con el modo en que nuestros actos personales pueden ser manipulados en favor de determinados intereses políticos.
En cualquier caso el film aporta luz sobre los hechos del 22 de noviembre de 1989, sirve como válida la versión de Emanoil Piscoci: la supuesta revolución rumana fue posible gracias a la televisión. El liderazgo carismático de Ceaucescu se vino abajo en todo un país en el momento en que varios miles de jóvenes abuchearon al dictador ante el desconcierto y consternación de éste mientras millones de rumanos descubrieron que existían posibilidades reales e inimaginadas antes. Pero nada de esto ocurrió antes de las 12:08 cuando el helicóptero que llevaba a Ceaucescu se alzó en el cielo de Bucarest. Al fin y al cabo, como afirma Emanoil Piscoci "hicimos lo que pudimos", pero tenemos que tener cuidado con el modo en que nuestros actos personales pueden ser manipulados en favor de determinados intereses políticos.