Joaquín Phoenix el absoluto dueño del Oscar, superó mis expectativas... me dejó callada al final de la película intentando comprender lo que acababa de pasar.
Lo mejor su mirada, su rostro quebrado en pedazos, me hizo miserable y su locura me hizo desear estar en un cuarto blanco lejos de una sociedad cruelmente enojada.
Su baile me desconectó y me conecto a la vez, comprendiendo que la locura es una forma de ser libre... actuación convulsa que merece todos los aplausos del planeta.
¿Cuántas veces he reído por querer realmente llorar?
Todos somos internamente un Joker.
¡¡¡Lo amé hasta la médula, me quise morir con él... Dios aún hay cine!!!
#Joker