Fantástica ambientación, muy bien conducida la trama y el argumento fiel y detallado. Personajes como el del mercader judío (Al Pacino) están de cine, con esa tensión dramática más propia del teatro pero que aquí se hace necesaria para recordarnos continuamente que no es una película sino un drama del bardo trasladado de unas tablas antiguas a una proyección moderna.
La película se entiende, y además guarda con enorme maestría ese algo mágico y mítico del drama original. Tal vez Joseph Fiennes no cuadra mucho en el papel, no es que lo haga mal pero su perfil no termina de casar con el ambiente, supongo que la evocación propia de "Shakespeare in love" o así inclinó al director a su elección. Lo importante además es que las esencias en que quiere ahondar el drama original: la justicia y la venganza, el interés personal y la naturaleza del préstamo, la amistad y el odio son bastante bien descritas o al menos enfocadas en sus cuestionamientos humanos lo justo para conmover y hacer pensar, que es lo que buscaba Shakespeare y aquí el director no se equivoca. Muy recomendable.