Al ver ayer ésta película recordaba cuando siendo más joven, estaba de moda, leer o decir que te habías leído, la obra completa de Freud ya que eso añadía un plus a una supuesta comprensión de lo incomprensible. La histeria, Psicopatología de la vida cotidiana o la interpretación de los sueños, descansaban en la mesilla de noche y dejaban una especie de fascinación por lo desconocido , después de aceptar que no habías entendido un pimiento de lo que ahí se contaba. Algo similar parece haberle pasado a M. Night Shyamalan a la hora de contar la historia de un psicópata con múltiples personalidades ,que no ha sido capaz de reflejar con destreza ,en el tiempo que dura la película, la complejidad de la psique de Kevin , personaje interpretado por un inmenso James McAvoy. Múltiple no sabe o no puede llegar a contar con acierto, al estilo de El sexto sentido, El protegido o El Bosque, una historia que promete más de lo que da y que por ser quien es su director todos esperamos un giro brutal y definitivo sobre la trama, pero eso no sucede y la cinta se sumerge en un mar de perplejidad, dejándonos un poso de tristeza por lo que podía haber sido y no fue. Un final disparatado al estilo de la franquicia Marvel te deja con la sensación de que Shyamalan ha dejado pasar una ocasión de oro para volver a maravillarnos.