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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Federico Furzan:
9
Ciencia ficción. Terror. Thriller Tasya Vos (Riseborough) es una agente de una organización secreta que utiliza implantes cerebrales para controlar el movimiento corporal de otras personas, obligándolas a cometer asesinatos que benefician a toda clase de peces gordos del mundo corporativo. Un día, durante una misión rutinaria, algo sale mal. La agente Vos se ve atrapada dentro de la mente de uno de los sujetos que trataba de controlar (Abbot), cuyo apetito por la ... [+]
4 de octubre de 2020
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No creo que sea justo evaluar el cine de Brandon Cronenberg de acuerdo a lo que su padre hizo durante décadas. Creo que el joven director tiene una capacidad enorme para apartarse del género prácticamente creado por su padre, y perfilar una carrera por sí solo que por ahora solo ha tenido dos presentaciones, y ambas han sido aciertos en el género. Decir que hijo imita a padre es mentir. El cine de Brandon carece de un comentario social directo, y se limita a la originalidad de la historia como motivo. David nos sometía a su visión anormal de un mundo normal mientras que Brandon arma algo completamente nuevo para contar sus historias y no necesariamente hace referencia a algo existente. Al menos eso prefiero pensar con lo que ha hecho en Possessor, un arma de doble filo en forma de película.

Poco contaré sobre lo que ocurre. En una empresa de tecnología existe un aparato que permite habitar cuerpos. Para esto solo hace falta un implante cerebral por medio del cual se toma posesión de ese cuerpo externo, y el agente conectado al aparato domina las acciones del anfitrión. Esta empresa se destaca por hacer trabajos misteriosos que desatan violencia y suicidio para borrar rastros. Una agente se especializa en este trabajo, pero su última misión viene con “defectos”.

Hay algo complejo en la forma que Cronenberg modela la historia a ser contada. No es tradicional a la hora de plasmar elementos comunes y mucho menos se destaca por revelar el trasfondo de sus personajes y las razones que tienen detrás de sus acciones. El director y guionista nos obliga a seguirlo sin cuestionar demasiado. Acá es cuando Possessor es divisiva; es una película cuya temática infiere algo interesante pero no confirmado por el director. En el circuito de festivales muchos cuestionaron esto. Yo lo celebro.

Cronenberg prefiere indagar en el efecto como tema. Sus recursos son abocados a explicar la consecuencia de un acto perverso pero metódico. En Possessor no hay demasiada indagatoria moral sobre lo que se hace con la tecnología. Acá debemos entender que quizás las motivaciones van más allá de lo que sus personajes afirman en la pantalla. Es por esto que ese personaje principal se mantiene tan distante de su circunstancia actual, la que conocemos. No entendemos qué la mantiene ahí en ese sitio oscuro y lleno de promesa, muerte y éxito financiero. Pero en su silencio se aloja una historia no revelada que inicia en cada momento en el que pierde conexión con su cuerpo y se aloja en otro. Ese tercer acto de Possessor es tan enigmático como efectivo. Pura necesidad de interpretación personal del espectador. Cronenber nunca pierde el respeto por quien está del otro lado, ya que las conclusiones son múltiples si es que acaso son necesarias.

Possessor es un viaje audiovisual importante. El escenario es variante, nos desorienta, y nos somete en una película invasiva desde todos los sentidos. Acompañar a Cronenberg en su aventura es difícil. Y con Possessor las apuestas no están a nuestro favor. No nos sentiremos bien después de la película. El cine del hijo de Cronenberg es pesado, denso y efectivo. Necesitamos que siga haciendo lo que hace aunque se tarde demasiado.

**** Originalmente publicada en www.cinelipsis.com/possessor/ ****
Federico Furzan
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