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Voto de vircenguetorix:
7
6,9
39.148
Intriga. Thriller. Drama. Romance
En su primer viaje a Philadelphia, el pequeño Samuel Lap (Lukas Haas), un niño de una comunidad amish, presencia por casualidad el brutal asesinato de un hombre. John Book (Harrison Ford) es el policía encargado de proteger al chico y a su madre Rachel de quienes quieren eliminar a Samuel, unico testigo del homicidio. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2007
48 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si antes hablaba de cómo un guión pobre y sobre todo plenamente adulterado como “Carros de fuego” puede ganar un Oscar a mejor guión original, no menos sorprendente es que “Único testigo” también lo ganase.
Y no sólo por su calidad, que aunque la tiene es bastante limitada como para obtener un premio de tanto prestigio sino fundamentalmente porque yo no lo llamaría original precisamente. Recomiendo que el público visione “El ángel y el pistolero” un western atípico de los años cuarenta dirigido por James Edward Grant –guionista de Ford- con John Wayne en el papel protagonista y que me digan a que les recuerda el argumento.
Que los propios académicos de Hollywood no vean cine clásico, por muy antiguo y minoritario que sea no tiene perdón.
Peter Weir debutaba en Estados Unidos como director y lo hizo en un proyecto que no tenía nada suyo. Le llamaron tres semanas antes de empezar el rodaje y se cuenta que intentó cambiar parte del guión sobre todo la historia de amor llena de estereotipos que ocupaba mucho tiempo de metraje y que entorpecía el thriller que era lo que a Weir más le interesaba. Por supuesto los guionistas se quejaron al productor y a la Paramount para que Weir claudicase. Y lo hizo. Cuando salieron a recoger el Oscar los guionistas agradecieron con sus palabras a la inmensa mayoría del equipo menos a Peter Weir.
La historia me la creo a medias sinceramente. Para empezar si llamaron al director australiano no fue por mera casualidad. Venía de rodar “El año que vivimos peligrosamente” donde la historia de amor tiene más peso que la historia política y acaba por ser un mero escenario para el lucimiento de Gibson y Weaber. Por lo tanto no creo que aquí le costase tanto “adaptarse” a lo mismo, ya que bajo una apariencia e inicio de thriller policíaco en poco tiempo termina por convertirse en una historieta de amor bastante convencional –a excepción del envoltorio Amish, que no deja de ser eso- y donde el testigo, es decir el niño, queda sumergido en un segundo plano para que el señor Ford mientras se olvida del caso de asesinato se pone a construir granjas.
Y no sólo por su calidad, que aunque la tiene es bastante limitada como para obtener un premio de tanto prestigio sino fundamentalmente porque yo no lo llamaría original precisamente. Recomiendo que el público visione “El ángel y el pistolero” un western atípico de los años cuarenta dirigido por James Edward Grant –guionista de Ford- con John Wayne en el papel protagonista y que me digan a que les recuerda el argumento.
Que los propios académicos de Hollywood no vean cine clásico, por muy antiguo y minoritario que sea no tiene perdón.
Peter Weir debutaba en Estados Unidos como director y lo hizo en un proyecto que no tenía nada suyo. Le llamaron tres semanas antes de empezar el rodaje y se cuenta que intentó cambiar parte del guión sobre todo la historia de amor llena de estereotipos que ocupaba mucho tiempo de metraje y que entorpecía el thriller que era lo que a Weir más le interesaba. Por supuesto los guionistas se quejaron al productor y a la Paramount para que Weir claudicase. Y lo hizo. Cuando salieron a recoger el Oscar los guionistas agradecieron con sus palabras a la inmensa mayoría del equipo menos a Peter Weir.
La historia me la creo a medias sinceramente. Para empezar si llamaron al director australiano no fue por mera casualidad. Venía de rodar “El año que vivimos peligrosamente” donde la historia de amor tiene más peso que la historia política y acaba por ser un mero escenario para el lucimiento de Gibson y Weaber. Por lo tanto no creo que aquí le costase tanto “adaptarse” a lo mismo, ya que bajo una apariencia e inicio de thriller policíaco en poco tiempo termina por convertirse en una historieta de amor bastante convencional –a excepción del envoltorio Amish, que no deja de ser eso- y donde el testigo, es decir el niño, queda sumergido en un segundo plano para que el señor Ford mientras se olvida del caso de asesinato se pone a construir granjas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Pensar que un inspector de policía con dos agentes van a eliminar a Ford a disparo limpio en medio de un pueblo está bien para el western en el que se inspira –algo más diría yo- pero no para una película que pretende estar basada en los años ochenta en Estados Unidos y hacer creernos un complot bastante torpemente explicado por cierto. Decir inverosímil es poco. Hay que ser más sutil.
De todas formas no es una película a olvidar ya que sin duda tiene elementos de interés.. Particularmente me gusta el final, sin concesiones y áspero. Esos fotogramas del condado de Lancaster con esos bellos colores, aunque decir que no hubo ni un Amish auténtico en la película y no se utilizó ninguna granja de verdad ya que consideraron a la historia totalmente alejada de sus principios. Luego tenemos escenas interesantes como el baile de Ford y McGillis mientras suena el maravilloso “What a wonderfud world”. Por cierto una pena que esa belleza de Kelly McGillis haya pasado en esto del cine tan desapercibida y haya tenido papeles tan malos con posterioridad.
Película normalita que sin embargo corresponde al boom cinematográfico de mediados de los ochenta y que las nuevas masas incorporadas a esto del séptimo arte convirtieron en su momento en algo especial. Con el tiempo uno cada vez más le sabe a ese cine ochentero de policías y ladrones donde los guiones se cuidaban más bien poco en función del entretenimiento.
De ahí a decir y pensar que aquí se habla del conflicto de las identidades culturales....pues que quieren que les diga.
De todas formas no es una película a olvidar ya que sin duda tiene elementos de interés.. Particularmente me gusta el final, sin concesiones y áspero. Esos fotogramas del condado de Lancaster con esos bellos colores, aunque decir que no hubo ni un Amish auténtico en la película y no se utilizó ninguna granja de verdad ya que consideraron a la historia totalmente alejada de sus principios. Luego tenemos escenas interesantes como el baile de Ford y McGillis mientras suena el maravilloso “What a wonderfud world”. Por cierto una pena que esa belleza de Kelly McGillis haya pasado en esto del cine tan desapercibida y haya tenido papeles tan malos con posterioridad.
Película normalita que sin embargo corresponde al boom cinematográfico de mediados de los ochenta y que las nuevas masas incorporadas a esto del séptimo arte convirtieron en su momento en algo especial. Con el tiempo uno cada vez más le sabe a ese cine ochentero de policías y ladrones donde los guiones se cuidaban más bien poco en función del entretenimiento.
De ahí a decir y pensar que aquí se habla del conflicto de las identidades culturales....pues que quieren que les diga.