Shrek: Forever Afther o Shrek Para Siempre (como le quieran decir) es el final de una saga que llevó a los estudios DreamWorks a la gloria. Después de tres intentos por conservar la potencia que desató la primera entrega lamentablemente fallaron.

La película es simple, de nuevo se toma el tema “Que pasaría si no hubiera existido” o “El hubiera”, así le dan oportunidad a la papelera de reciclaje de chistes para sacar sus chistes que no podían meter en las cintas anteriores, y debo decir que funciona en la mayor parte de la película, hay risas en el cine, aunque ya no son tan buenos como antes o era porque ya estoy muy grande para cintas de animación, juzguen ustedes.

Con su hora y cacho de duración, no hay cansancio aunque sabes cómo terminará (con momentos más o menos interesantes). El 3D es bueno a momentos y magnifica algunas escenas, lamentablemente se queda corto y parece que está de adorno (muy diferente en Cómo Entrenar a Tú Dragón, donde el 3D si encajaba con la historia). Y bueno, vez a Shrek volviendo a conocer a sus amigos (Parecen las tres películas metidas en una licuadora, solo que le ponen y quitan algunos ingredientes), todo con el “hubiera”. Aunque Shrek cae en la contradicción de añorar su antigua vida cuando en la primera película es lo principal que detesta porque lo tratan como un estereotipo, probablemente fue el estrés y la maldición del habito, a cualquiera le puede pasar.

Aunque me alegra que la saga por fin terminara y voy a extrañar al lobo de sexo dudoso, a pinocho “El juguete poseído”, a un hada madrina psicópata, al “nuevo” flautista con coreografías pop, al burro más irritante que un amigo pudiera tener y a la dragona sexy, la dragona más fiera y más linda que un cuento de hadas pudiera darnos. ¿Cómo le hizo el burro para… ya saben con la dragona? Bueno, tal vez el burro estaba en primavera. Shrek se termina y demos gracias por los buenos momentos y también porque ya haya acabado.

FIN????