15 de noviembre de 2007
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver una película como Planet Terror produce diferentes emociones; sin tocar el llanto, la risa y el estupor asoman en diversos momentos, y es grato también que durante todo el filme uno recuerde los años de aquel cine poco impecable de los teatros de los barrios del centro de la ciudad. Al ver Grindhouse, aparece la nostalgia y la identificación con lo que tanto Rodríguez como Tarantino también han admirado. No importa que uno no se crea muchas escenas, no importa que una vez más se apele a los mutantes, aquí hay buenas historias, y, lo mejor de todo, un gratífico tratamiento de un cine que recordamos y que, en mi caso, bien se ha querido.
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