Aunque la película tiene sus buenos momentos de acción y la trama se ensambla de una manera juiciosa con elementos del cine de espías moderno, hay que decir que el trabajo de elección de personal ha sido terrible.
A veces me preguntaba cómo en el mismo año podía nominarse a Sandra Bullock a un Óscar y a la vez a un Razzie; claro, por dos trabajos completamente distintos; pero igual en una actriz que ha tenido sus bueno papeles; ahora encuentro mucha mayor coherencia en lo que fue la nominación del joven Lautner a un premio a la peor actuación del 2011. Y la verdad que más terrible no podía ser... como si hubiera salido de un reality actoral de los que ahora pretenden encumbrar "fenómenos".
Seguro hay entretenimiento hasta en eso: la película puede verse para aprender un poco más de por dónde van los filmes de espías y por donde no deben ir los trabajos actorales.