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España España · Valencia
Voto de virtanenn:
8
Serie de TV. Animación. Fantástico. Comedia Serie de TV (2013). 13 episodios. Serie situada en Kyoto, donde conviven los tanuki, los tengu y los humanos. La historia sigue a la familia Shimogano, una familia de tanukis que vive en el bosque Tadasu no Mori del Templo Shimogamo. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2014
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Estas palabras son susurradas, durante una noche de luna llena sobre los tejados de Kyoto, por la enigmática Benten, uno de los personajes de ficción más fascinantes de todos los tiempos (me recuerda a la igualmente enigmática Alejandra de “Sobre héroes y tumbas”). Y es que Uchouten Kazoku quizá sea el mejor anime del 2013.

La serie gira en torno a la familia excéntrica del título, los Shimogamo, compuesta por cinco miembros: el primogénito Yaichirô, aplastado por la responsabilidad de seguir los pasos de su padre; el segundo hijo Yajirô, quien se ha refugiado del mundo (y de sí mismo) en el fondo de un pozo de los deseos; el tercero Yasaburô, el protagonista y verdadera eminencia gris de la familia, un chico talentoso pero entregado a la busca de una vida interesante (ni ambiciosa ni exitosa; sólo interesante); el cuarto hijo Yashirô, el más joven, que se agarra a su infancia y a su inocencia y se niega a madurar; y, por último, el elemento aglutinador: la madre, que se pasea por la ciudad disfrazada de príncipe azul retando a los jóvenes a jugar al billar.

La ciudad en cuestión es Kyoto, algo nada casual si tenemos en cuenta que su paisaje ocupa una posición central en la serie: los fondos son una explosión de verdes y grises y ocres y azules que inundan la pantalla de estilosas florituras visuales. Las callejuelas empapadas por la lluvia, los cerezos en flor o los arces de Arashiyama en otoño son conmovedores ejemplos de una animación de gran calidad. También es evidente la vinculación de Kyoto con las criaturas del folklore japonés (los tenuki y los tengu) que pueblan esta historia.

La primera mitad de la serie se centra en mostrar a los personajes en su mundo y las relaciones existentes entre ellos, y es aquí donde brilla realmente. Los primeros capítulos son una acumulación de pequeñas viñetas que nos hablan de la crisis de identidad del Maestro Akadama, que no ha sabido encajar su vejez; o de la triste, conmovedora relación de amor-odio entre Yasaburô y Benten (el vuelo nocturno por los tejados o la secuencia de la ballena son memorables). Todas estas estampas muestran que la vida está compuesta de momentos perfectos y extraños que pueden ser perseguidos y acariciados, pero nunca alcanzados.

Desde mi punto de vista, la cosa decae ligeramente en la segunda mitad con la resolución del gran trauma que planea sobre los Shimogamo desde el primer capítulo: la muerte del padre. A pesar de que se alcanza un final satisfactorio donde son subrayados los valores de la familia, el perdón y la aceptación de uno mismo y de la realidad, yo echo de menos la magia del principio. También considero que algunas tramas podían haberse explotado más (el pasado de Benten y Yasaburô, en concreto) en detrimento de las secuencias más puramente cómicas.

En definitiva y a pesar de todo, una serie sobresaliente. Y el ritmo no decae en ningún momento. Muy recomendable.
virtanenn
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