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Voto de Cinemaparadiso1951:
7
7,6
17.414
Animación. Drama. Comedia Emilio y Miguel, dos ancianos recluidos en un geriátrico se hacen amigos. Emilio, que padece un principio de Alzheimer, cuenta inmediatamente con la ayuda de Miguel y otros compañeros que tratarán de evitar que vaya a parar a la planta de los desahuciados. Su disparatado plan tiñe de humor y ternura el tedioso día a día de la residencia, pues para ellos acaba de empezar una nueva vida. Largometraje de animación 2D para adultos, basado ... [+]
2 de septiembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ignacio Ferreras dirigió en 2011 una película de animación que, contra todo pronóstico, ganó el Goya al “mejor guión adaptado”, por encima de títulos mucho más considerados y populares. Naturalmente se trata de un producto al margen de la industria, nada que ver con los trabajos de la productora Pixar, y que rompe el tópico de quienes piensan que el cine de animación está destinado casi exclusivamente a un público infantil. (Y que conste que me merece el mayor respeto el cine infantil, que cuenta en su haber con indiscutibles obras maestras).
En una crítica de “Arrugas” leo que se trata de “una luminosa celebración de la vida, el amor y la amistad”. Es curioso. Son precisamente tres valores que normalmente vinculamos a la juventud. La persona joven tiene toda la vida por delante, está en la edad de enamorarse y considera que la amistad es un bien muy preciado al que no puede renunciar. Sin embargo, y paradójicamente, en la película de Ferreras son unos viejetes que se aferran a la vida y a la amistad en el último tramo de su existencia.
Para empezar, el personaje principal, Emilio, fue en un tiempo director de una sucursal bancaria. Ahora, y ante un implacable alzheimer que le acecha cada vez con mayor rapidez, ha perdido toda su seguridad anterior. Es un estorbo para su familia, como se demuestra en la primera secuencia con las prisas del hijo que, por “aislar” cuanto antes al padre en la residencia de ancianos, teme perderse un espectáculo del que ya ha comprado las entradas. Se ha vuelto tan inseguro nuestro Emilio que, al tener que comenzar una nueva vida, siente un temor idéntico al que pudo tener cuando, de niño, fue por primera vez a la escuela. Se siente como un extraño en un mundo que no puede controlar, y percibe las miradas de los demás como las de esos chiquillos de la escuela que giran la cabeza ante la llegada de un nuevo compañero.
Emilio procede de una sociedad capitalista, la misma sociedad individualista y fría en la que el estatus social de la persona depende de su poder adquisitivo y de su capacidad para producir dinero. Cuando el declive que provoca la edad inutiliza esa capacidad, el hombre o la mujer se convierten en un estorbo y hay que aislarle para que no moleste.
Pero en lo que más acierta, en mi opinión, “Arrugas” no es tanto en la crítica social, que tiene sus contados y eficaces momentos pero que podría haber tenido más, sino en la humanidad de sus personajes. El humor, teñido de ironía y de picaresca en el personaje del argentino Miguel, compañero de habitación del protagonista, no va reñido nunca con la ternura del director hacia las criaturas que luchan por la vida en la residencia, a pesar de que van menguando sus reservas físicas y psicológicas, y tienen que refugiarse en la fantasía (o en el pasado) porque la realidad ha perdido casi todos sus atractivos y ya no da para mucho más. Es conmovedora la secuencia en que un enfermo de alzheimer recuerda el momento en que su mujer se convirtió en su novia, cómo de niños subieron a un campanario e intentaron atrapar las nubes. Esos instantes, por su emotividad, llegan a lo profundo del corazón.
Quiero también destacar el peso que tiene en la película “el piso de arriba”. La cámara o los dibujos no necesitan subir las escaleras. Sentimos ese amenazante “piso” a través de frecuentes conversaciones que sugieren un miedo comparable al de esa mujer que siente que los marcianos están invadiendo el planeta. El “piso de arriba” es el de los desahuciados, donde “vegetan”, más que viven, hombres y mujeres que no pueden ya valerse por sí mismos. Miguel intentará hasta el final que el deterioro mental de su compañero Emilio detenga su avance, para que no tenga que terminar en el “piso de arriba”.
Emotiva película que, dentro de su sencillez, sabe decir las cosas directamente, sin sermones y sin complicaciones. No es posible que el cine tenga la fuerza suficiente para cambiar la sociedad; pero puede educar nuestra sensibilidad con películas como esta. La dedicatoria va dirigida a todos: “a los ancianos de hoy y a los de mañana”.

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Cinemaparadiso1951
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