Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Sagitus:
7
Drama Joseph (Peter Mullan), un viudo alcohólico, violento y autodestructivo, encuentra una esperanza de redención en Hannah (Olivia Colman), una mujer muy religiosa a la que conoce a raíz de un altercado. Al principio Joseph se burla de su fe y da por supuesto que su vida de creyente debe de ser muy apacible, pero pronto descubre que, por el contrario, está llena de dolor y confusión. A medida que su relación se consolida, ambos se dan ... [+]
27 de abril de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paddy Considine nos presenta ésta película, “Tyrannosaur” (símbolo del gran depredador), dedicada a Pauline, su madre, quien no sólo da título al largometraje, sino que también ostenta un papel en la vida de uno de los protagonistas. Luego, la historia no deja de ser una autobiografía y la confesión de una forma de vivir. Joseph es un viudo que ahoga sus desagradables circunstancias en el alcohol y en la violencia y quien, huyendo de sí mismo, conoce a Hanna (Olivia Colman), una mujer de clase medio-alta, religiosa, que desborda su caridad en él.
Joseph (un excepcional Peter Mullan) comienza con la trama y a través de él, vemos a un hombre perdido, ciego de ira, pero que alberga en sí el anhelo de encontrar la oportunidad de reconducir su vida. En el momento en el que descubrimos en Hanna esa necesitada luz, nos introducimos en las experiencias y circunstancias de ésta mujer que parece tener una vida tan cómoda y agradable. Sin embargo, lejos de las apariencias, Joseph y Hanna necesitan de la misma esperanza, la misma redención: alguna muestra de cariño en una historia en la que parece reinar la más completa maldad. El vínculo que entrelaza a los protagonistas es fruto de una unión espiritual, encontrada en el cruce de caminos hacia la esperanza.
Al director, Paddy Considine, ya lo habíamos conocido por sus anteriores trabajos de interpretación, y ésta vez, se atreve a desarrollar ésta historia a partir de un cortometraje suyo (“Dog Altogether”), también protagonizado por Mullan y Colman. Con éste trabajo, de una complejidad simbólica desbordante, encubierto por una pretendida simplicidad, Considine demuestra su más sincera inquietud por una realidad que perfectamente puede ser aplicada a muchos de nosotros. Trabaja los conflictos que sufrimos en nuestro interior, representándolos a través de ese dualismo que nos lleva del bien al mal, del odio al amor, de la violencia al arrepentimiento gracias a una dirección de actores admirable, en la que consigue sacar el espíritu de los personajes con un simple gesto o mirada.
La música de Chris Baldwin y Dan Baker que acompaña la trama, representa ese mismo conflicto del corazón de los protagonistas, chirriante y dolorosa cuando los vemos abandonados en la desesperación, y gratificante y sanadora en los significativos gestos de amor. La fotografía también pretende ser subjetiva, con planos que nos acerquen a la interioridad de los personajes y a sus desequilibrios y debilidades; omnisciente en las excesivas muestras de violencia, deteniéndose en acompañar en el dolor a las víctimas del mal.
Paddy Considine insiste en decirnos que, en nuestra soledad y por nuestra obsesionada individualidad, pretendemos solucionarlo todo con nuestras propias fuerzas hasta quedar rendidos en una ciega oscuridad de desesperación, cuando realmente, uno sólo puede encontrar su camino en el amor redentor de Dios y en el encuentro con los demás de una manera gratuita y sincera.
Sagitus
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow