Haz click aquí para copiar la URL
Voto de pilarysuscosas:
9
Drama Gerri (Ruth Sheen), una terapeuta, y Tom (Jim Broadbent), un geólogo, están felizmente casados, pero les preocupa que su hijo Joe (Maltman), que es abogado, permanezca soltero. Esta preocupación les impide darse cuenta de hasta qué punto María (Lesley Manville), una frágil compañera de trabajo de Gerri, depende completamente de su amistad. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Another year. Otro año. Otro año ha pasado. Y aquí vuelve a empezar. Porque mis años empiezan como mis semanas. Por todo lo alto. Mis años, en verano. Mis semanas, en viernes. ¡Qué manía de empezar por lo malo! Otro verano, otro otoño, otro invierno, otra primavera han pasado. Gaia se divide en cuatro de tres para poder distinguir unos meses de otros y transitar por la vida con una monotonía cambiante. Porque al final, ¿qué es la vida? Sucesión diaria de las mismas cosas a través de diferentes días porque el tiempo pasa y el día es distinto porque es otro pero es igual que el anterior. Te levantas, te duchas, desayunas, recoges y marchas al trabajo o trabajas en casa. La vida al final es tranquilidad y lugares comunes. No es lo que nos vende el cine. No llega un príncipe azul que escucha tu canto y sin tan siquiera verte se enamora de ti y se propone salvarte de algo que aún ni ha sucedido. O quizá sí es lo que nos vende la caverna. Porque esta película es muy "la vida". Y últimamente el cine está perdiendo su glamour y a las estrellas ya no las visten grandes diseñadores como Givenchy y ya no sueñas con poder cenar en un barco por el Sena mientras te enamoras de tu protector. El cine ahora es mas pesimista aún si cabe que la propia vida. Las historias que predominan son las de fracaso, las de ruptura. Las historias de cine están en la realidad. Parada frente a un quiosco miraba las revistas amarillistas y rosas y sólo veía intención de realidad. Pero de realidad, cómo decirlo, ¿desgraciada, quizá? Venden tristezas, divorcios tortuosos, niños rebeldes que se van de casa, y cosas que son de lo más normal del mundo pero que parece que nos calma la conciencia si las hacen los famosos, como por ejemplo Fulanita Tantanita también compra en el mercadillo, la famosa cantante Tralari que te vi tiene celulitis. Lo hablaba muy seriamente, no entiendo muy bien por qué algo que tenemos todos o hacemos todos vende. La telerealidad lo han venido a llamar desde que triunfa ese programa de cuyo nombre no quiero acordarme. Hace relativamente poco comprendí, con mi vecina, por qué triunfa. El target son mujeres, madres para ser más exactos, y mujeres mayores. También las jóvenes por los realities. Sobretodo la razón que arguye mi madre "me puedo levantar, hacer lo que tenga que hacer, volver y no tengo que coger el hilo de nada". A mí, personalmente me parece muy complicado seguir el hilo de ese programa. Pero voy a retomar mi hilo. La vida es mercadillo y celulitis. No es la mansión en la Gran Vía, colocada hasta el paroxismo y con una señora limpiando acelgas de plástico en la pila de una cocina que dudo que tenga hasta agua corriente. La vida es encontrar tu sitio con tu persona (que puedes ser tú mismo) y encontrar una estabilidad tranquila que no aburrida, una tranquilidad que da seguridad como la propia sucesión de las estaciones del año. A los niños les encanta la anticipación. Por eso miran una y otra vez la misma película y nosotros no lo entendemos porque queremos más y más cosas distintas, y que cada día sea una montaña rusa que nunca descienda. Y la vida, queridos míos, la vida no es eso. La vida es sucesión de hechos constantes monótonos que no aburridos, estables, en compañía de quien hace que cada día sea una montaña rusa pero sin hacer nada. Sólo con mirarte ya sé cómo estas, qué quieres, qué debes y qué vamos a hacer. Y nos vamos a la cama. Y leemos. Y puede que ni hablemos. Al otro lado, a la otra punta de Tom y Gerri (nombres de la pareja protagonista, sí, y hacen la broma con los dibujos animados, sí)se encuentra Mary. La verdad que me sentí un poquito identificada con ella. A saber: mujer divorciada,alocada, que no calla, que va dando tumbos y tomando decisiones sin saber muy bien por qué. Básicamente no encuentra su sitio. Pero un valioso amigo me hizo ver que no, que a parte del concepto divorcio, y sólo el concepto, no tenemos nada en común. Porque aunque en apariencia no callo, me dijo "tú escuchas, estás pendiente, te das incluso cuando no debes ni puedes ni tienes fuerzas. Estás para los demás y te olvidas de ti." Mary sólo tiene presente a una persona: A ella misma. Y aunque tengo unas paginillas por ahí escritas sobre la necesidad del egoísmo en este nuestro mundo para que todos podamos pasar por Isarco sin que se nos caigan las rocas del acantilado en este viaje que es llevar al elefante de un lugar a otro, que eso es la vida y que muy bien lo retrata Saramago en toda su obra pero especialmente en este libro titulado #elviajedelelefante. Pero una cosa es el egoísmo donde al final debemos tener en consideración al otro y otra cosa distinta es el egocentrismo narcisista y ególatra donde los demás no existen. Creo que esta película tranquila que retrata la vida de una pareja, su hijo, y sus amigos a lo largo de un año, donde nos sentimos un poquito espías porque miramos sus quehaceres con actividad pasiva para poder comprender el sentido de la vida y cómo hacerlo bien, creo que nos ofrece la clave. Y creo que en eso que os he contado que me dijo mi preciado amigo hay parte de clave. Estar para ti, y los demás. No olvidarte de estar bien y eludir lo que te hace mal pero teniendo en cuenta al otro. Quien quiera que sea. Es la vida. Es el amor. Otro tema que nos preocupa mucho. Cómo hacer para ser feliz con la misma persona toda la vida. Y recalco "ser feliz" no pasar por la vida por encima de ella si no zambullirnos y bucear por los arrecifes de corales de brillantes colores con tiburones acechando a nuestras espaldas. Amor, nos merendaremos esos tiburones.
pilarysuscosas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow