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España España · malaga
Voto de alcaide:
2
Ciencia ficción. Acción. Thriller En la traicionera frontera de la ciudad de Samurai Town, un ladrón de bancos sin escrúpulos (Nicolas Cage) es liberado de la cárcel por un pudiente señor de la guerra conocido como The Governor (Bill Moseley) para que encuentre a Bernice (Sofia Boutella), su nieta adoptiva, que desaparecido sin dejar rastro. Para garantizar que cumpla su palabra, el ladrón es obligado a llevar puesto un traje de cuero que se autodestruirá en un periodo ... [+]
12 de noviembre de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que comenzó hace un tiempo, como un descenso a los infiernos de cualquier producción barata, que pudiera suplir la deuda económica contraída por el ínclito Nicolas Cage, ha acabado por convertirse en toda una denominación de origen, que le presenta, en el otoño de su carrera, como un antihéroe decrépito, entre aturdido y excéntrico, portador de esa mirada cansada, que bien parece gritar aquello de 'tierra trágame', mientras aquel Oscar obtenido en los ya lejanos años 90 del Siglo Pasado, parece perder el poco lustre que le queda, a cada nuevo título - hasta cuatro o cinco por año - que añade su particular propietario.

De viaje por Japón, el bueno de Cage se encuentra con un alma gemela, el anárquico Sion Sono, un realizador que goza de un prestigio otorgado, por la máxima originalidad con la que enfoca la infinidad de producciones que le contemplan, y que al igual que el actor, puede acumular hasta varios títulos por año.

Espoleados por tan feliz encuentro, el hambre del realizador se junta con las ganas de comer del interprete, embarcándoles en una peculiar aventura, que mezcla varios géneros con la excusa del rescate en territorio hostil, una temática habitual dentro del cine de Samuráis, o del propio Western, los dos géneros que asume como más reconocibles, dentro de la miscelánea de referencias que la componen, como extravagante vehículo de fantasía.

Como detalle importante, Sono trabaja con un guión ajeno, escrito por Aaron Hendry y Reza Sixo Safai, algo poco habitual en el realizador, que suele firmar sus trabajos en dicho apartado, y que en este caso, parece aceptar el encargo de trasladar una historia, que presenta una serie de escenarios y eventos marcados por los tópicos, que al menos, le sirven para mostrar su habitual buena mano con la puesta en escena.

Entre Ciudad Samurai, un pueblo temático al más puro estilo del oeste americano, con su gobernador tejano incluido, y su curioso grupo de personajes, donde se dan cabida toda clase de perfiles, y la Ghostland del título, terreno yermo post apocalíptico, poblado por bichos aún más raros, la cinta se mueve con un torpe deambular, que acaba por generar desinterés y tedio, con una preocupante falta de iniciativa, que tampoco encuentra ese soplo enérgico, en la misión de su protagonista debe llevar a cabo, perdido en excentricidades más crispantes que verdaderamente originales.

Un trabajo en el que las motivaciones dramáticas de los personajes suenan a chufa, entre tanto caos narrativo, tornándose involuntariamente cómicas, mientras que los elementos más reconocibles, como es el caso del traje sorpresa que el protagonista se ajusta, para acabar transformando en un Serpiente Plissken trasnochado, solo puede hacer las delicias de ese capitán chiflado que Nicolas Cage lleva dentro, en su particular cruzada como adalid de los engendros fílmicos más casposos.

En los apartados técnicos, destaca la banda sonora de Joseph Trapanese, que también actúa por libre como particular pieza de un Spaghetti Western, que salvo por la forma presencial, apenas deja vislumbrar su espíritu como género en el film, al igual que el concepto distópico, también ausente pese al reloj de Metrópolis. Mientras, la brillante fotografía de Souhei Tanigawa, colaborador habitual del realizador, se manifiesta como un desgraciado desperdicio de su talento, al servicio de un trabajo tan indigno.

Finalmente, y sin olvidar la belleza exótica de una Sofia Boutella casi tan perdida o más que el propio Nicolas Cage, cabe catalogar a 'Prisoners of Ghostland' como un desastre más propio del terrorismo narrativo, absolutamente devorado por la excentricidad, que ni tan siquiera sirve como un título a destacar dentro las películas malas del actor, que alguna hay que se puede disfrutar en compañía de amigos de manera despreocupada, aquí el viaje es insufrible, falto de humor, entregado al peor de los excesos, y que pronto marca un punto de no retorno, devorando cualquier atisbo coherencia que se le pudiera exigir a la cinta.



[Películas del 31 Fancine: Festival de Cine Fantástico Universidad de Málaga]

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alcaide
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