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Voto de Luke_Cage:
589
Ciencia ficción. Acción. Fantástico
Stella Star y Akton son dos contrabandistas perseguidos por la policía interespacial. Tras toparse con una nave abandonada en la que encuentran a un moribundo superviviente, son atrapados y condenados a pasar el resto de sus días en prisión. Sin embargo, pronto serán excarcelados y reclutados por el Emperador para que lleven a cabo una misión relacionada con la nave que encontraron... (FILMAFFINITY)
13 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo escribir una crítica sobre una película como “Star Crash”?
El primer impulso es incluso poner en duda el simple hecho de enfrentarse a su visionado, a priori y con todas las apuestas en su contra, supone en el mejor de los casos perder 93 minutos de vida y en el peor, un trauma de consecuencias irreparables.
Estamos hablando de un cutre-film de factura italiana puramente 70’s, enmarcado en la ola de explotaciones que llevaban a cabo con tanta alegría nuestros amigos transalpinos, en este caso podríamos situarla incluso pasando la serie B y más cercana de la casposidad de la serie Z.
¿Qué nos podemos encontrar en la película?
Amazonas en bikini, robots badass, traficantes intergalácticos sin mucho carisma, un imperio confeccionado con figuras de Lego, efectos especiales de baratillo, diálogos insufribles paridos directamente de la enfermiza mente de un mandril beodo y un buen puñado de interpretaciones que derivan entre la risa estruendosa y el horror cósmico.
En el ámbito interpretativo nos encontramos a la reina de la serie B de finales de los 70, Caroline Munro, sólo por eso ya vale la pena su visionado. Pero es que además el plantel protagónico se completa con otros ilustres nombres como los de Christopher Plummer, que apostaría todo mi dinero a que siente vergüenza con la simple idea de verse asociado con este engendro cinematográfico; el gran David Hasselhoff justo antes de convertirse en el icónico Michael Knight y a años luz de su otro tótem televisivo Mitch Buchannon; o Joe Spinell al que el traje de primo tonto del emperador-Vader le sienta como un tiro y cuyas escenas son una experiencia lisérgica dura incluso para el paladar más exigente.
A los mandos el gran Luigi Cozzi, aquí reconvertido para la causa en Lewis Coates, casi nada. Y en la banda sonora nos encontramos a otro ilustre despistado, John Barry, a quien podríamos señalar de lejos como lo mejor del film.
¿Qué me ha parecido la película?
Una maravilla, diversión pura para amantes de este tipo de cine. Lo curioso es que con el paso de los años no es que haya envejecido mal porque no creo que en ningún momento tuviera un valor intrínseco más allá de ser la copia europea cutre de “Star Wars”, pero sin embargo, se ha convertido en una obra de culto que merece mucho la pena para cualquier aficionado a la serie B o a la ciencia ficción más psicotrópica.
El primer impulso es incluso poner en duda el simple hecho de enfrentarse a su visionado, a priori y con todas las apuestas en su contra, supone en el mejor de los casos perder 93 minutos de vida y en el peor, un trauma de consecuencias irreparables.
Estamos hablando de un cutre-film de factura italiana puramente 70’s, enmarcado en la ola de explotaciones que llevaban a cabo con tanta alegría nuestros amigos transalpinos, en este caso podríamos situarla incluso pasando la serie B y más cercana de la casposidad de la serie Z.
¿Qué nos podemos encontrar en la película?
Amazonas en bikini, robots badass, traficantes intergalácticos sin mucho carisma, un imperio confeccionado con figuras de Lego, efectos especiales de baratillo, diálogos insufribles paridos directamente de la enfermiza mente de un mandril beodo y un buen puñado de interpretaciones que derivan entre la risa estruendosa y el horror cósmico.
En el ámbito interpretativo nos encontramos a la reina de la serie B de finales de los 70, Caroline Munro, sólo por eso ya vale la pena su visionado. Pero es que además el plantel protagónico se completa con otros ilustres nombres como los de Christopher Plummer, que apostaría todo mi dinero a que siente vergüenza con la simple idea de verse asociado con este engendro cinematográfico; el gran David Hasselhoff justo antes de convertirse en el icónico Michael Knight y a años luz de su otro tótem televisivo Mitch Buchannon; o Joe Spinell al que el traje de primo tonto del emperador-Vader le sienta como un tiro y cuyas escenas son una experiencia lisérgica dura incluso para el paladar más exigente.
A los mandos el gran Luigi Cozzi, aquí reconvertido para la causa en Lewis Coates, casi nada. Y en la banda sonora nos encontramos a otro ilustre despistado, John Barry, a quien podríamos señalar de lejos como lo mejor del film.
¿Qué me ha parecido la película?
Una maravilla, diversión pura para amantes de este tipo de cine. Lo curioso es que con el paso de los años no es que haya envejecido mal porque no creo que en ningún momento tuviera un valor intrínseco más allá de ser la copia europea cutre de “Star Wars”, pero sin embargo, se ha convertido en una obra de culto que merece mucho la pena para cualquier aficionado a la serie B o a la ciencia ficción más psicotrópica.
