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Voto de Luke_Cage:
4
Drama Biopic sobre los orígenes del icónico David Bowie, centrado en la primera gira que el cantante hizo por los Estados Unidos en 1971.
18 de agosto de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si eres fan del genial artista (sí, artista completo) inglés, huye despavorido de este subproducto cuya mejor intención es “humanizar” a la leyenda. Coloco las comillas en la anterior frase porque esta película podría tratar sobre Bowie, Sting, o los del Río, vale que toma ciertas premisas biográficas de David Robert Jones (nombre real de Bowie) pero no ahonda ni profundiza en ellas, todo se queda en un vano ejercicio estilista sin alma.

Puntos interesantes tiene, como la visión que ofrece de la época, la contraposición de un Londres modernista frente a unos USA totalmente inaccesibles para un artista vanguardista cuyo máximo objetivo era la evolución y la sorpresa o, sin ir más lejos, la relación de Bowie con Angie, su primera esposa (sí, la Angie de la canción de los Stones) o con su hermano (a quien, no tan veladamente, hizo un homenaje en esa maravilla llamada Aladdin Sane).

Por el contrario, los puntos negativos se comen la película, desde como se refleja Marc Bolan (uno de los máximos exponentes del Glam Rock y amigo íntimo de Bowie), pasando por no usar sus canciones (un biopic sin las canciones del artista es como un jardín sin flores) o esas escenas pretendidamente artys que dan un poco vergüenza ajena. Duncan Jones, interesante cineasta e hijo de Bowie, se desentendió totalmente del film y, de hecho, no lo aprobó ni cedió las canciones, eso debería ser suficiente para no tomárselo muy en serio.

Desde el cantautor que despuntó a finales de los 60 en el Reino Unido, al gran Ziggy Stardust y las Arañas de Marte (deudor de Bolan e Iggy Pop, entre otros, y con el incombustible Mick Ronson a la guitarra), pasando por la etapa Soul ya totalmente instalado en el mundo de drogas, oropel, lujo y fama que tanto ansió (Young Americans es una maravilla), entrando en su etapa más oscura acogiendo al Duque Blanco en sus discos postmodernos en el Berlín más trasnochado de los 70, abrazando el estrellato a lo grande en su etapa 80s y reconvirtiéndose en un genio creativo que juega tanto con el jazz más extremo como con sonidos electrónicos (su último álbum Blackstar es la obra más moderna que ha realizado, la más arriesgada y, hasta cierto punto, la más lírica). Como ven, estamos hablando de un auténtico camaleón, un tipo del que Mick Jagger comentaba que era mejor no dejarle entrar en el estudio de grabación porque saldría haciendo lo que había visto mil veces mejor que tú.

Si de verdad se está interesado en Bowie, recomiendo acudir a la trilogía de documentales de la BBC, dirigidos por Francis Whately (David Bowie: Cinco años, David Bowie: Los últimos cinco años, David Bowie: Los primeros años), donde podremos encontrar grabaciones y entrevistas que desgranan con sumo interés y detalle su discografía y éxitos.

Un artista que era metamorfosis pura no debería tener un reflejo cinematográfico tan pálido.
Luke_Cage
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