Un año después de la aclamada "El Halcón Maltés" (1941), John Huston volvió a contar con las presencias de Humphrey Bogart, Mary Astor y Sydney Greenstreet en este muy apreciable título de espionaje.

Se trata de una intriga bélica de primer nivel, con elaborados diálogos, un gran trabajo en la consecución de una atractiva atmósfera llena de suspense, brillantes caracterizaciones y espléndidos giros de guión que mantienen viva la intensidad de la historia durante prácticamente todo el metraje.

Bogart borda una vez más su habitual papel de antihéroe con su innegable carisma y su consabido cinismo, encabezando un reparto que da vida a un variado muestrario de sospechosos personajes.

Aunque en la recta final la trama se apelmaza ligeramente, estamos ante una plausible y subestimada película de John Huston, quien abandonó su país para acudir a la Segunda Guerra Mundial, confiando la finalización del rodaje a un no acreditado Vincent Sherman.