La literatura y las bellas artes nos sirven para entender nuestro pasado. Con el cine pasa igual, nace para entretener, divertir en el sentido más amplio, pero tambien genera debates y remueve conciencias, es potente agitador de las mentes al que no debemos renunciar.

Dicho esto, el posible valor de esta película no está en lo cinematográfico, aunque Fesser dice que es una historia de amor y que el Opus es accesorio, sinceramente, no cuela. Sí parece que el enamoramiento súbito de la niña se usa para ridiculizar al Opus, por la supuesta trascendencia de las palabras que salían de la boca de una adolescente moribunda, que una Iglesia necesitada de santos pretende beatificar.

Cuando se habla de Camino no se habla de cine, solo hay que repasar la críticas. Camino está coja, si el director pretendía contar una historia de amor, fracasa ,sin embargo si quería llenar salas con el morbo que la "Obra" genera, vive Dios que lo consigue. ¿Que le queda a Camino como película si le quitas el Opus?.

Me quedo con Carmen Elías, que consigue irritar al espectador por lo creíble de su brillante interpretación.