Película rara en un principio, pero que en el fondo guarda un mensaje muy claro y realista. La historia parece sacada de una mente sumamente enfermiza por la falta de raciocinio que se aprecia en el guion. Pero ojo. Todo cuanto proyecta El club de la lucha pretende indagar en lo más profundo de nuestra mente. Independientemente de cómo seamos, ninguno de nosotros es del todo como desea ser. Es por eso que el film se centra en un protagonista que vive infelizmente en una vida que no le atrae, pero que acepta sin darle mayor importancia de la que puede tener. De ahí nace su insomnio, un problema que parcialmente consigue solucionar, pero vuelve. Es entonces cuando conoce a Tyler, un tipo en contra de las normas que rigen el consumismo dentro de la sociedad, y que sólo le da valor a las cosas que son realmente esenciales para vivir. La película es un no parar en el sentido más estricto de la expresión. La historia sigue un curso bien concentrado y que para nada aburre. Los personajes siendo la gran mayoría de ellos unos zumbados, consiguen que los espectadores empaticemos con ellos, lo cual no es para nada moco de pavo. Las escenas más violentas no son gratuitas, pues se cimentan sobre el mensaje al que ya he hecho mención. No es fácil hacer un metraje de este estilo, ya que generalmente te encuentras con un público que rechaza esta clase de film. Hay pelis cuyos mensajes se calan con relativa facilidad, pero El club de la lucha no es una de ellas, y ojo porque no es nada malo que no lo sea. De hecho opino que esta producción es una de las más valientes que he llegado a apreciar debido a que toca temas que muy pocos productos cinematográficos se atreven a tocar. Algunos la desprecian mientras otros la adoran. Así es el mundillo del cine. El séptimo arte no es el mismo para todos.