Femme fatale es un film muy interesante y original. Ha sido infravalorado en multitud de ocasiones. Ante todo es un imponente debut de la modelo Rebecca Romijn-Stamos que demuestra tener muchas aptitudes para hacer del papel sensual que el mismo título desvela. Antonio Banderas está correcto, sin más, y el resto de secundarios cumplen su cometido con oficio. Tiene una sugerente banda sonora, una espléndida fotografía y escenas y golpes de efectos imapactantes y originales al mismo tiempo, que hace recordar en más de una vez que Brian De Palma está tras las cámaras.

La historia es sencilla al principio, pero se va complicando cada vez más hasta retroceder en el tiempo hasta la primera media hora. Esto puede ser un truco fácil, tramposo y gratuito para algunos, y para otros (los menos) puede ser un onírico mensaje, de cómo puedes dejar atrás tu pasado y cambiar tu destino. Esto es muy interesante, pues da tema para el eterno debate del destino. Poder cambiarlo, mejorarlo, empeorarlo, imaginarlo, que este escrito o simplemente que no esté. Esto es un punto a favor de la película, que si ni tuviera bastante con ser un morboso y sensual film de intriga, esto la hace más profunda y la aleja de la superficialidad y el cine insustancial.