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Voto de Manuel Castro:
7
7,6
6.707
Cine negro. Thriller. Drama
Julien Tavernier, héroe de la guerra de Indochina, trabaja para el industrial Simon Carala, y es el amante de su esposa, Florence. Para poder vivir juntos, los amantes deciden matar al marido de modo que parezca un suicidio, pero ocurre algo que no estaba previsto... (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre y su encuentro con sigo mismo, con el tiempo en el que hacer aquello olvidado por nuestro tiempo del pensar es a lo que se enfrenta nuestro personaje, que tras matar a su jefe se queda encerrado en el ascensor momento en el que vislumbra, claramente, el cadalso que le espera. Esta es la trama principal, a grandes rasgos, pero también se presentará la historia de la Sra. Carala que marcha por la ciudad en busca de su amante y las aventuras de un “enfant terrible” y su “petit amie”.
Una película al más puro estilo nouvelle vague: voz en off, "femme fatale", pistolas (¿de donde salen tantas?), revisión del cine negro, conversaciones de tema político...
Con estas características y con un realizador de la talla de Malle a la dirección todo parece a pedir de boca, sin embargo, hay un punto claro, en el que el ritmo, visual y narrativo, como el ascensor, se atascan. Lo que al principio se mostraba con humor visual (la escena incial de la película "je t'aime, je t'aime...") deviene en textual lo que al principio se mostraba con ascetismo estético ((la escena previa y la del asesinato del Señor Carala, puro montaje) no olvidemos que Malle trabajo como co-director para Bresson en "Un condenado a muerte se ha escapado") degenera en largos travellings en torno a nuestra "femme fatale". Ciertamente, cuando Tavernier queda encerrado, la película se queda sin gasolina. Todos sabemos lo que va a ocurrir al final, esto no es Hollywood, pero es la manera de llegar a este punto lo que me disgusta de esta película: la señorita Carala marcha inquieta por la ciudad pero el guión es incapaz de generar situaciones interesantes en las que ella pueda insertarse, el ritmo de las historias está terriblemente encorsetado a una narración convencional y a un montaje clásico, separadas entre sí, sin ningún intento de conectarlas mediante un montaje, se vuelven tediosas debido a un desarrollo lineal y sin matices digamos "excéntricos" o "absurdos"(a excepción de los toques humorísticos de ciertas partes), como hará J.L.G. a lo largo de su filmografía; por lo general diría que la historia tras un principio impresionante se diluye poco a poco perdiendo potencia visual y narrativa.
A pesar de este declive, no cabe duda, que es un clásico. Algunas escenas son canónicas (spoiler) y los diálogos mordaces y graciosos caracterizan, inconscientemente, a los futuros jóvenes que protagonizaron el mayo del 68. Sin duda película recomendable de ver para comprender la obra de Malle que tiene como aliciente ser su ópera prima.
Una película al más puro estilo nouvelle vague: voz en off, "femme fatale", pistolas (¿de donde salen tantas?), revisión del cine negro, conversaciones de tema político...
Con estas características y con un realizador de la talla de Malle a la dirección todo parece a pedir de boca, sin embargo, hay un punto claro, en el que el ritmo, visual y narrativo, como el ascensor, se atascan. Lo que al principio se mostraba con humor visual (la escena incial de la película "je t'aime, je t'aime...") deviene en textual lo que al principio se mostraba con ascetismo estético ((la escena previa y la del asesinato del Señor Carala, puro montaje) no olvidemos que Malle trabajo como co-director para Bresson en "Un condenado a muerte se ha escapado") degenera en largos travellings en torno a nuestra "femme fatale". Ciertamente, cuando Tavernier queda encerrado, la película se queda sin gasolina. Todos sabemos lo que va a ocurrir al final, esto no es Hollywood, pero es la manera de llegar a este punto lo que me disgusta de esta película: la señorita Carala marcha inquieta por la ciudad pero el guión es incapaz de generar situaciones interesantes en las que ella pueda insertarse, el ritmo de las historias está terriblemente encorsetado a una narración convencional y a un montaje clásico, separadas entre sí, sin ningún intento de conectarlas mediante un montaje, se vuelven tediosas debido a un desarrollo lineal y sin matices digamos "excéntricos" o "absurdos"(a excepción de los toques humorísticos de ciertas partes), como hará J.L.G. a lo largo de su filmografía; por lo general diría que la historia tras un principio impresionante se diluye poco a poco perdiendo potencia visual y narrativa.
A pesar de este declive, no cabe duda, que es un clásico. Algunas escenas son canónicas (spoiler) y los diálogos mordaces y graciosos caracterizan, inconscientemente, a los futuros jóvenes que protagonizaron el mayo del 68. Sin duda película recomendable de ver para comprender la obra de Malle que tiene como aliciente ser su ópera prima.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Voy a comentar algunas de las escenas más interesantes del film.
La escena inicial es la mejor. Se muestra un primerísimo primer plano de Jeanne Moureau que pronuncia pasteleras palabras a Tavernier por el teléfono: “je t’aime, je t’aime…” Mientras tanto el plano empieza a alejarse los amantes comienzan a sonreír y suena música de cabaret. Esta escena muestra, sin mentarlo en ningún momento, una burla a los melodramas cinematográficos. La expresión angustiada de la señorita Carala deviene en carcajada, el primer plano deviene en distanciamiento y plano general, el silencio en música.
Hay una escena en la que nuestro asesino aparece colgando del cable del ascensor, mientras este desciende, intercalando planos subjetivos con planos nadir. Considero que tiene un montaje y una potencia visual impresionante. Sin duda estas imágenes han influenciado a posteriores películas de acción que han utilizado el ascensor como lugar de la escena.
La escena final en la que Louis y Florence van a parar al lugar donde se están revelando las fotografías responde a la futura frase de Jean Luc Godard: “La fotografía es la verdad.” El momento en el que Louis entra es detenido gracias a que las fotografías le confirman como asesino. De la misma manera Florence es acusada de cómplice de asesinato pues allí están las instantáneas que muestran el amor que existía entre ella y Tavernier. La fotografía conduce así a la policía a la verdad de los asesinatos producidos.
La escena inicial es la mejor. Se muestra un primerísimo primer plano de Jeanne Moureau que pronuncia pasteleras palabras a Tavernier por el teléfono: “je t’aime, je t’aime…” Mientras tanto el plano empieza a alejarse los amantes comienzan a sonreír y suena música de cabaret. Esta escena muestra, sin mentarlo en ningún momento, una burla a los melodramas cinematográficos. La expresión angustiada de la señorita Carala deviene en carcajada, el primer plano deviene en distanciamiento y plano general, el silencio en música.
Hay una escena en la que nuestro asesino aparece colgando del cable del ascensor, mientras este desciende, intercalando planos subjetivos con planos nadir. Considero que tiene un montaje y una potencia visual impresionante. Sin duda estas imágenes han influenciado a posteriores películas de acción que han utilizado el ascensor como lugar de la escena.
La escena final en la que Louis y Florence van a parar al lugar donde se están revelando las fotografías responde a la futura frase de Jean Luc Godard: “La fotografía es la verdad.” El momento en el que Louis entra es detenido gracias a que las fotografías le confirman como asesino. De la misma manera Florence es acusada de cómplice de asesinato pues allí están las instantáneas que muestran el amor que existía entre ella y Tavernier. La fotografía conduce así a la policía a la verdad de los asesinatos producidos.