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Voto de alfataurus:
2
3,3
2.379
Intriga. Terror. Fantástico
Esta segunda parte se centra en la búsqueda de Luisa Llorente, una tasadora de fincas que recibió el encargo de evaluar la casa de Lázaro Valdemar y de la que no se ha vuelto a saber nada. De la búsqueda de la desaparecida se encargan, por un lado, Nicolás Trámel, detective contratado por Maximilian Colvin, jefe de Inmoverance, empresa para la que trabaja Luisa, y por otro, sus compañeros de trabajo Ana y Eduardo, que se proponen ... [+]
27 de junio de 2011
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Da la impresión de que en esta segunda parte, José Luis Alemán pretende emular o resucitar el llamado Fantaterror que inventaron y cultivaron directores como Amando de Ossorio, Jess Franco o Paul Naschy en las décadas de los sesenta y setenta. Pero no basta con perpetrar un truño infernal para homenajear ese subgénero español tan particular.
El asunto es que, así como esos films -la mayoría sobrevalorados- poseen un halo de artesanía kitsch que los hace por lo menos singulares o curiosos, La Sombra Prohibida quedará para siempre como ejemplo de calamidad fílmica difícilmente superable en prácticamente todos los sentidos. Así que se podría decir que el mayor logro de este disparate es que resulta complicado hacerlo peor.
En la primera peli -La Herencia Valdemar- se podía salvar algo, pero esto es… innombrable. Como el pobre “Chuntu”.
Y lo más triste es que como comedia casi funciona.
El asunto es que, así como esos films -la mayoría sobrevalorados- poseen un halo de artesanía kitsch que los hace por lo menos singulares o curiosos, La Sombra Prohibida quedará para siempre como ejemplo de calamidad fílmica difícilmente superable en prácticamente todos los sentidos. Así que se podría decir que el mayor logro de este disparate es que resulta complicado hacerlo peor.
En la primera peli -La Herencia Valdemar- se podía salvar algo, pero esto es… innombrable. Como el pobre “Chuntu”.
Y lo más triste es que como comedia casi funciona.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El personaje enajenado que interpreta Santi Prego puede que sea el más interesante y bien construido, y su interpretación -junto a la del actor que da vida a Lovecraft- la única correcta. Aunque probablemente en una película con un mínimo de calidad resultarían mediocres.
Del resto del reparto no salen a flote ni Abascal -perdida-, ni Jaenada o Sancho -espantosos-, ni Jacinto Molina (Paul Naschy), que aunque algunos de sus méritos artísticos son notables nunca fué muy buen actor. Ninguno se salva y como en la anterior película, gran parte de la culpa es de Alemán, incapaz de dirigir a los actores correctamente.
El hecho de que Óscar Jaenada pronuncie Cthulhu como "Chuntu" (aunque es cierto que no está totalmente claro el modo correcto de hacerlo, lo normal y admitido en castellano es decir Katulu, Kazulú, Tulu, Tulju...) parece demostrar que se están tomando a chufla todo el asunto, o quizá que son unos paletos, o bien que no se han molestado en cuidar los detalles. Puede que las tres cosas a la vez.
Se nota cierta asociación equivocada entre el culto a Satanás y la mitología creada por H.P. Lovecraft (que por cierto, aparte de poseer un notable genio creador e imaginativo, era racista, ictiofóbico, socialista, anglófilo y ateo). El aparente desconocimiento del mundo del escritor de Providence, es algo que extraña en J.L. Alemán, se le imaginaba más ilustrado en el tema. Es cierto que Cthulhu puede ser invocado -despertado sería más correcto- por brujos y ocultistas, con ayuda del Necronomicón incluso. Pero no es un demonio como tal, sino más bien un semidiós extraterrestre proveniente de un caótico universo paralelo.
El aspecto de la criatura, que aunque es bastante respetuoso con la descripción literaria a excepción de la envergadura (el original mide diez kilómetros de altura y este unos pocos metros), no convence. De hecho los efectos digitales en general son bastante cutres, como por ejemplo las figuras de los personajes usadas en el chapucero resumen del principio que parecen sacadas de un videojuego antiguo, o actual pero baratero. Más les valdría haber utilizado métodos tradicionales, estos hubieran encajado mejor en el tono retro que al parecer se le pretende dar y la peli habría ganado algún punto extra, pero es que ni eso... Bah, a la porra.
Del resto del reparto no salen a flote ni Abascal -perdida-, ni Jaenada o Sancho -espantosos-, ni Jacinto Molina (Paul Naschy), que aunque algunos de sus méritos artísticos son notables nunca fué muy buen actor. Ninguno se salva y como en la anterior película, gran parte de la culpa es de Alemán, incapaz de dirigir a los actores correctamente.
El hecho de que Óscar Jaenada pronuncie Cthulhu como "Chuntu" (aunque es cierto que no está totalmente claro el modo correcto de hacerlo, lo normal y admitido en castellano es decir Katulu, Kazulú, Tulu, Tulju...) parece demostrar que se están tomando a chufla todo el asunto, o quizá que son unos paletos, o bien que no se han molestado en cuidar los detalles. Puede que las tres cosas a la vez.
Se nota cierta asociación equivocada entre el culto a Satanás y la mitología creada por H.P. Lovecraft (que por cierto, aparte de poseer un notable genio creador e imaginativo, era racista, ictiofóbico, socialista, anglófilo y ateo). El aparente desconocimiento del mundo del escritor de Providence, es algo que extraña en J.L. Alemán, se le imaginaba más ilustrado en el tema. Es cierto que Cthulhu puede ser invocado -despertado sería más correcto- por brujos y ocultistas, con ayuda del Necronomicón incluso. Pero no es un demonio como tal, sino más bien un semidiós extraterrestre proveniente de un caótico universo paralelo.
El aspecto de la criatura, que aunque es bastante respetuoso con la descripción literaria a excepción de la envergadura (el original mide diez kilómetros de altura y este unos pocos metros), no convence. De hecho los efectos digitales en general son bastante cutres, como por ejemplo las figuras de los personajes usadas en el chapucero resumen del principio que parecen sacadas de un videojuego antiguo, o actual pero baratero. Más les valdría haber utilizado métodos tradicionales, estos hubieran encajado mejor en el tono retro que al parecer se le pretende dar y la peli habría ganado algún punto extra, pero es que ni eso... Bah, a la porra.