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Voto de Manuel Esteban:
10
Comedia. Drama Helsinki. El joven Khaled llega oculto en un barco de carga procedente de Siria. Su solicitud de asilo es rechazada, pero decide quedarse de todos modos. Mientras, un gris comercial cincuentón llamado Wikström decide cambiar su vida y abrir un decadente restaurante. Sus caminos se cruzarán cuando una tarde Wikhström se encuentra a Khaled en la puerta de su restaurante y, emocionado, decide ofrecerle techo, comida y trabajo. Pero el ... [+]
19 de agosto de 2017
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inicialmente no hace falta ninguna clase de preámbulo para disfrutar el cine de Aki Kaurismaki, aunque como seguidor de este director y de haber visto su filmografía completa, siempre me parece mejor opción al menos ver sus últimas producciones. Esto más que nada, para poder contextualizar los sucesos que se presentan, captar la esencia con mayor naturalidad y abrir los sentidos ante la propuesta que el director finlandés tiene para nosotros.

En El Otro Lado de la Esperanza, Kaurismaki repite la temática de la inmigración, presente en su cinta anterior, El Puerto, y la historia de Khaled, con la diferencia que en lugar de situar la acción en Francia, lo hace en su Finlandia natal, entrecruzada con la historia de Wikhstrom, un hombre de 50 años, que decide abandonar a su mujer y cambiar de rumbo laboral, abriendo un restaurante (esto quizás traiga a la memoria otros de sus películas previas, y muy aclamada en su momento, la esperanzadora Nubes Pasajeras) . Como en sus films anteriores, Aki se toma el trabajo de conducir al espectador, de manera pacífica, pero efectiva, a la trama en cuestión. La música siempre presente, una fotografía nítida, imágenes simples y amenas a la vez; un clima perfecto, aunque no apto para gente impaciente.

Khaled es sirio, y por accidente termina llegando a Helsinki, y allí las cosas no les serán fáciles, teniendo que aguardar para ver como progresa su instancia. Su mejor suerte toca al tener de compañero a un hombre en situación similar, y que quizás sea lo más cercano a un amigo que pueda tener. La perspectiva de Khaled es, por lo menos, dolorosa, ya que perdió a gran parte de su familia en una tragedia, sobreviviendo solo él y su hermana, con quien terminaría desencotrándose en el camino, y ahora intenta podes reencontrar. No obstante, esta historia no parece conmover a los encargados de inmigración.

Por otro lado Wikhstrom consigue un restaurante, pero el panorama no es el mejor, sus empleados no dan la mejor de las perspectivas y el lugar en si es poco acogedor. Por el contrario, el nuevo dueño tratará de que ese contexto poco sugestivo, mejore, al menos un poco. En el transcurrir del metraje, Khaled se encuentra con Wikhstrom, quien a diferencia de otros tiene un poco de compasión y le hace un espacio en aquel extravagante lugar.

Entre lo más interesante, se destaca la combinación de humor, generalmente ácido, con un contexto político, pero no por eso la película se torna densa, ni nada por el estilo, siendo sumamente agradable y generando cierta empatía con los personajes que trascienden por el film. Kaurismaki, como viene haciéndolo desde hace ya rato, crea un mundo propio, con fragmentos de realidad, e invita al espectador a ser parte de él, y eso es un motivo más que suficiente para ver esta nueva joya de uno de los directores más destacados del cine de actualidad. Cabe también recordad que el director finlandés ganó el Premio al Mejor Director en la última edición de los Berlinale por esta cinta.
Manuel Esteban
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