La película narra la historia de un alcaide que llega a una prisión con el firme propósito de, aplicando las teorías mas modernas de la rehabilitación penal y reinserción social, ejercer su labor contra todos los elementos.-
A la forma tan peculiar de descubrirse en ese cargo, le sigue su voluntad de cambiar desde cero aquel lugar y todo sistema preestablecido.
Al final, como no podía ser de otra forma, la mierda es tan abundante y tantas moscas viven de ella que se ve forzado a marcharse.-
Y eso es todo, no es que meta un spoiler encubierto, sencillamente es una interesante y bien contada historia llena de valores, pero donde sobretodo, el espectador se identifica el personaje de Redford, un tipo íntegro, que vive en una casa vieja, come coliflor con cerveza y trabaja 20 horas al día.-
Es un personaje cuanto menos magnético, y por eso gusta la peli’, porque junta las poses de Redford, sus miradas irónicas, el porte atlético así como una manera decidida de hablar y actuar, con una moral adonizada a prueba de todo.-
Uno no puede verla sin pensar que sería un tipo así en el ámbito de la política o de una empresa, e imaginando ese rol y esa situación de limpiar la sociedad de la corrupción moral, se implica hasta casi emular la escena final.
Pero lo que nos rodea no lo arregla ni la madre que lo parió.
Se deja ver y, aunque menos conocida, es una película muy digna.