Irregular cinta que por enésima vez trata el tema de la redención espiritual de una persona materialista, falsa, egoísta, que debe cambiar para acabar con alguna maldición.

Desde que la genial cinta española "Un ángel pasó por Brooklyn", de Vajda (1957), nos mostró el castigo de una persona egoísta convirtiendola en un perro, han sido muchísimas las historias llevadas a la pantalla de este tipo, a modo de cuento con moralina que combina (o lo intenta) el humor con el drama para hacer pasar un rato entretenido al espectador (y con mensaje).

Muy flojo el guión, muy flojos los intérpretes (sólo me gustó el papel de la madre del protagonista, único matiz de solidez a un conjunto desangelado en todas sus propuestas), convirtiendose en una simple anécdota de este decadente Murphy al que parece habersele acabado el repertorio de gracias y de buenas ideas, viviendo practicamente de su pasado glorioso, cuando era el estupendo príncipe de Zamunda y el fascinante Superdetective en Hollywood o el obeso Profesor Chiflado, la cima de su carrera en la que luego solo ha sabido ir cuesta abajo.

Recomendable para fanáticos de este comediante nada más, el resto, ahorrarse ese tiempo valioso, recordar que cada minuto se nos caen hojas de nuestro calendario vital...